Seguimos para bingo. Ayer presenté la noticia de la semana, la resolución judicial de la Unión Europea sobre la política mafiosa que ejerce la SGAE en colaboración con los poderes del Estado. Hoy voy a seguir hablando sobre el asunto ya que el tema se las trae. Cuatro preguntas (hoy las dos primeras y otro día de la semana que viene las otras dos) para comprender (aunque no compartir) la problemática del tributo digital.
¿En qué consiste el canon digital y cómo se cobra?
El canon digital es un tributo que se aplica sobre equipos y soportes electrónicos (fotocopiadoras, discos duros, CDs...) y que tiene como objetivo compensar a los autores por los derechos de propiedad intelectual que dejan de percibir cada vez que se realiza una copia privada de sus obras. O lo que es lo mismo, como el consumidor tiene por ley el derecho de hacerse una copia de seguridad (o varias) ya no necesita volver a comprar por segunda (o más veces) el producto que ya ha adquirido (impidiendo volver a cobrar al vendedor otra vez por ese producto). El canon se cobra a los fabricantes e importadores de estos equipos y soportes y al resto de la cadena de distribución y acaba repercutiendo en el precio final del producto. Los detractores del canon digital (entre los cuales me encuentro yo) afirman que se obliga por adelantado a pagar por un tipo de uso que puede no se realice nunca. Todos han de compensar por la copia de contenidos sujetos a derechos de propiedad intelectual (una canción, por ejemplo) cuando a veces se trata de fotos, vídeos y otros archivos personales o de actividades administrativas de las empresas que no vulneran los derechos de autor.
¿Dónde va a parar todo lo que se recapta?
8 sociedades de gestión de derechos de autor administran el cobro de este canon digital: SGAE (autores y editores), Agedi (derechos intelectuales), Cedro (derechos repográficos), VEGAP (artistas plásticos), AIE y Aisge (intérpretes), DAMA (medios audiovisuales) y Egeda (productores audiovisuales). El pasado año estas entidades ingresaron 100,2 millones de euros mientras que en 2008 fueron 83,3 millones. La plataforma Todoscontraelcanon.es (TCC) afirma que el canon supone el 20% de los ingresos de estos organismos. Denuncian que los principales beneficiarios son, más que los artistas, las mismas entidades de gestión. La mayoría de los autores, sostiene, pagan más por el canon de los dispositivos que usan en su profesión que lo que reciben como compensación en este concepto (toma paradoja).
¿En qué consiste el canon digital y cómo se cobra?
El canon digital es un tributo que se aplica sobre equipos y soportes electrónicos (fotocopiadoras, discos duros, CDs...) y que tiene como objetivo compensar a los autores por los derechos de propiedad intelectual que dejan de percibir cada vez que se realiza una copia privada de sus obras. O lo que es lo mismo, como el consumidor tiene por ley el derecho de hacerse una copia de seguridad (o varias) ya no necesita volver a comprar por segunda (o más veces) el producto que ya ha adquirido (impidiendo volver a cobrar al vendedor otra vez por ese producto). El canon se cobra a los fabricantes e importadores de estos equipos y soportes y al resto de la cadena de distribución y acaba repercutiendo en el precio final del producto. Los detractores del canon digital (entre los cuales me encuentro yo) afirman que se obliga por adelantado a pagar por un tipo de uso que puede no se realice nunca. Todos han de compensar por la copia de contenidos sujetos a derechos de propiedad intelectual (una canción, por ejemplo) cuando a veces se trata de fotos, vídeos y otros archivos personales o de actividades administrativas de las empresas que no vulneran los derechos de autor.
¿Dónde va a parar todo lo que se recapta?
8 sociedades de gestión de derechos de autor administran el cobro de este canon digital: SGAE (autores y editores), Agedi (derechos intelectuales), Cedro (derechos repográficos), VEGAP (artistas plásticos), AIE y Aisge (intérpretes), DAMA (medios audiovisuales) y Egeda (productores audiovisuales). El pasado año estas entidades ingresaron 100,2 millones de euros mientras que en 2008 fueron 83,3 millones. La plataforma Todoscontraelcanon.es (TCC) afirma que el canon supone el 20% de los ingresos de estos organismos. Denuncian que los principales beneficiarios son, más que los artistas, las mismas entidades de gestión. La mayoría de los autores, sostiene, pagan más por el canon de los dispositivos que usan en su profesión que lo que reciben como compensación en este concepto (toma paradoja).
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