sábado, 16 de octubre de 2010

Las últimas horas de Companys (y II)


Sigo explicando, según lo publicado en 'La Vanguardia' el pasado jueves día 14, las última horas de Lluís Companys. La espera la pasó Companys en el patio de armas del castillo, paseando y fumando. Cuando empezó a clarear, a instancias del propio reo, la comitiva se puso en marcha. El descenso hasta el foso de Santa Eulàlia se hizo lentamente, en un silencio sepulcral. Al llegar al foso de ejecución, Companys habló animadamente con los sacerdotes e incluso se le vio sonreír. Después se abrazó a su defensor, Josep Maria de Colubí, a quien regaló los gemelos de oro que portaba, y con paso decidido se dirigió al muro. El piquete estaba formado por soldados de infantería comandados por un teniente provisional, muy joven, escogido al azar. Éste se acercó al presidente para vendarle los ojos y situarlo de espaldas al piquete. De forma sobria y sin articular palabra, rehusó la venda y se mantuvo de cara al piquete, a tan sólo seis metros de distancia. En la tenue luz de aquella madrugada del 15 de octubre de 1940, destacaban las zapatillas de ropa blanca que calzaba Companys y el pañuelo, también blanco que llevaba, como siempre, en el bolsillo superior de la chaqueta. En el momento de la descarga, gritó con firmeza y claramente "Per Catalunya...". Companys cayó malherido y el oficial, a quien le temblaba el pulso, se acercó para dispararle el tiro de gracia. Tuvo que repetir el disparo y después de comprobar que había muerto, recogió el pañuelo blanco que estaba empapado en sangre para quedárselo aunque tuvo que devolverlo a raíz de la denuncia de un oficial de la Guardia Civil. El forense certificó la defunción de Companys a las 6.30 de la mañana. En la lápida, las autoridades franquistas no dejaron escribir su nombre ni referencia alguna. Pero durante la dictadura manos anónimas dejaban un ramo de flores con un lazo con la bandera catalana. No lo olvidemos, Lluís Companys no solo fue el único presidente elegido democráticamente que fue asesinado por el fascismo, a la edad de 58 años, sino que ha sido el único presidente legítimo fusilado en el Siglo XX.

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