Como considero de extrema gravedad que los coches de Street View recogieran e-mails y contraseñas de usuarios de forma ilegal hace unos meses y a pesar de que ya comenté un poco el tema el pasado domingo insisto en ese hecho dado las características del asunto. Seguimos en la semana monotemática de Google así que dejo constancia del hecho en forma de pequeña crónica periodística.
Hace casi medio año se desató la polémica en varios países europeos, entre ellos Francia, después de que Google admitiera haber recogido "inadvertidamente" (curioso eufemismo de la palabra 'robar') fragmentos de datos sensibles de redes WiFi de todo el mundo, a través de los automóviles que utiliza para recopilar información para Google Maps y otros servicios. Los datos de redes WiFi privadas que recogieron los coches de 'Street View' de Google en Francia incluyen direcciones de correo electrónico y contraseñas, según las primeras investigaciones de la Comisión Nacional Francesa de Informática y Libertades (CNIL, en sus siglas en inglés). El CNIL inició una investigación el mes pasado sobre los datos del tráfico de redes WiFi sin cifrar recogidos por el gigante de Internet en su país y ha comenzado a analizar los datos que Google le entregó como parte de esa investigación. En el momento de conocerse la noticia se especuló con la posibilidad de que los datos recopilados de redes WiFi de 54 megas fueran algo más que los 'fragmentos' que la compañía reconocía haber recogido. Ahora la investigación de CNIL viene a confirmar esta sospecha, si bien, desde la institución apuntan que "aún es demasiado pronto para decir qué va a pasar como resultado de esta investigación" aunque aseguran que pueden "ya" confirmar que Google registró contraseñas de correos y extractos del contenido de estos e-mails. Francia ha sido el primer país en obtener los datos solicitados a Google en relación a este incidente, aunque otros organismos de protección de datos de diferentes países como España o Alemania también han exigido a Google la entrega de los datos que interceptó.
Varios países europeos han decidido al unísono que no tolerarán nuevos "errores" de Google. El último, reconocido en el blog oficial de la compañía hace unos días, fue aprovechar que sus coches del servicio Street View hacían fotos por las calles de ciudades de todo el mundo para recopilar, de paso, datos de las redes WiFi, de los abonados, la dirección fija de los routers y otros datos transferidos por los usuarios mediante redes abiertas. Aunque Google ha manifestado a través de sus portavoces y del propio presidente de la compañía, Eric Schmidt, que esos datos se tomaron por error, que no han sido utilizados "de ninguna manera" y que se plantean ahora cómo deshacerse de ellos, en cuatro países europeos –España, Alemania, Italia y Francia– se iniciaron el día 19 de mayo procesos contra el rey de las búsquedas de internet por haber buscado también datos privados de forma indiscriminada a pie de calle. Toda esa información podría contener correos electrónicos y contraseñas.
Hace casi medio año se desató la polémica en varios países europeos, entre ellos Francia, después de que Google admitiera haber recogido "inadvertidamente" (curioso eufemismo de la palabra 'robar') fragmentos de datos sensibles de redes WiFi de todo el mundo, a través de los automóviles que utiliza para recopilar información para Google Maps y otros servicios. Los datos de redes WiFi privadas que recogieron los coches de 'Street View' de Google en Francia incluyen direcciones de correo electrónico y contraseñas, según las primeras investigaciones de la Comisión Nacional Francesa de Informática y Libertades (CNIL, en sus siglas en inglés). El CNIL inició una investigación el mes pasado sobre los datos del tráfico de redes WiFi sin cifrar recogidos por el gigante de Internet en su país y ha comenzado a analizar los datos que Google le entregó como parte de esa investigación. En el momento de conocerse la noticia se especuló con la posibilidad de que los datos recopilados de redes WiFi de 54 megas fueran algo más que los 'fragmentos' que la compañía reconocía haber recogido. Ahora la investigación de CNIL viene a confirmar esta sospecha, si bien, desde la institución apuntan que "aún es demasiado pronto para decir qué va a pasar como resultado de esta investigación" aunque aseguran que pueden "ya" confirmar que Google registró contraseñas de correos y extractos del contenido de estos e-mails. Francia ha sido el primer país en obtener los datos solicitados a Google en relación a este incidente, aunque otros organismos de protección de datos de diferentes países como España o Alemania también han exigido a Google la entrega de los datos que interceptó.
Varios países europeos han decidido al unísono que no tolerarán nuevos "errores" de Google. El último, reconocido en el blog oficial de la compañía hace unos días, fue aprovechar que sus coches del servicio Street View hacían fotos por las calles de ciudades de todo el mundo para recopilar, de paso, datos de las redes WiFi, de los abonados, la dirección fija de los routers y otros datos transferidos por los usuarios mediante redes abiertas. Aunque Google ha manifestado a través de sus portavoces y del propio presidente de la compañía, Eric Schmidt, que esos datos se tomaron por error, que no han sido utilizados "de ninguna manera" y que se plantean ahora cómo deshacerse de ellos, en cuatro países europeos –España, Alemania, Italia y Francia– se iniciaron el día 19 de mayo procesos contra el rey de las búsquedas de internet por haber buscado también datos privados de forma indiscriminada a pie de calle. Toda esa información podría contener correos electrónicos y contraseñas.
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