Justicia poética

Una vez más, la enésima vez más uno, la realidad supera a la ficción. El señor Millet y cía, por ladrón confeso (ver 'caso Millet'), debería estar a la sombra (y no de un ciprés precisamente) desde que se abrieron diligencias contra él y Montull. Pero el juez consideró que no era necesario. Y ahora otro caso se destapa con los mismos protagonistas pero con otras diligencias y otro juez (en este caso, una juez). La sorpresa es que ya están en prisión incondicional sin fianza. Se ha hecho justicia (de forma curiosa y estravagante pero justicia al fin y al cabo). El ex presidente del Palau y Montull van a la cárcel por tráfico de influencias y apropiación indebida. Los delitos están relacionados con la recalificación del hotel que el tripartito rechaza investigar en el Parlament (lógico, si algún miembro está implicado mejor no tirar de la manta). El 4 de junio el Parlament constituyó la comisión para investigar si CDC se financió a través del Palau (supongo que solo se quería dañar al rival político). Sin embargo ha evitado abordar la operación del hotel aunque estén relacionadas. Millet y Montull pretendían obtener 3,6 millones de euros por la operación del hotel junto al Palau. El auto de la juez Míriam de Rosa Palacio subraya irregularidades en los expedientes tramitados por la Conselleria d' Economia. A simple vista una operación menor si se compara con el desfalco de la emblemática institución que se sitúa en torno a los 33 millones de euros. El señor juez Juli Solaz debería aprender de su colega. La juez De Rosa Palacio asegura en el auto que los dos imputados han hecho valer su capacidad de influencia tanto para cometer los supuestos delitos como para defenderse ante los juzgados. Así que la pareja de ladrones de guante blanco más famosa del momento han dormido en la prisión Modelo de Barcelona. Las irregularidades en la gestión del Palau abre ahora otro frente en el municipio barcelonés. El Ayuntamiento de la ciudad Condal reconoce hora un "exceso de confianza" en Millet. El cuarto teniente de Alcalde y concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, García Bragado, inició la operación como gerente municipal y la llevó a la Generalitat. Su defensa, alegar que fue engañado (típico y tópico). Para disimular un poco el pleno del Ayuntamiento dará hoy luz verde a la creación de una comisión de investigación (que como todas, no servirá de nada).