Hace unos meses en Arenys de Munt se realizó un referendo sobre la independencia de Catalunya. A partir de ese día muchos otros municipios han seguido el camino. Ayer se convocó una serie de consultas en varios municipios catalanes para preguntar si Catalunya se ha de independizar de España. El porcentaje de participación no logra superar las metas anheladas por los organizadores (unos diez puntos por debajo del listón anhelado). A pesar de ello, la repercusión y la normalidad darán impulso a la segunda ola de referendos. Como en todas las elecciones, todos contentos. La participación del 27% ilusiona a los promotores y alivia a los detractores. Existe variación en la participación dependiendo del municipio. Por ejemplo, en Vic participaron el 41% mientras que en Vilanova i la Geltrú sólo el 15%. Vic hace gala de su independentismo con una respuesta contundente ante las simbólicas urnas. En cambio, Sant Cugat vive de forma festiva pero sin pasiones desatadas la consulta sobre la autodeterminación. El sí ganó (obviamente) con un 94,7% frente al 3,5% del no. Haciendo balance del 13-D, podemos decir que e independentismo afrontará muy justo de fuerzas el reto de Barcelona a pesar de que el 'si' haya arrasado en las consultas sobiranistas. La participación queda muy lejos de las expectativas. Es por eso que los organizadores amagan con evitar el test metropolitano pidiendo ya un referendo oficial (quieren evitar otro fracaso). Con todo, la escasa movilización quedó compensada por un amplio eco internacional (de la BBC a Al Jazeera). Tendremos que esperar las valoraciones oficiales tanto de la opinión pública como de los partidos políticos (tanto los catalanes como los nacionales) aunque es fácil adivinar por dónde irán los tiros. Esperaremos a la siguiente jornada de autodeterminación y comprobaremos si todo esto es flor de un día o tiene más trascendencia de la que nos quieren trasmitir algunos medios.
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