jueves, 22 de julio de 2010

Políticos catalanes: embusteros y embaucadores


No sé por donde empezar. Quiero ser comedido con mis palabras y no desacreditar a nadie pero visto lo sucedido me cuesta mucho. Lo de Catalunya y sus políticos sobrepasa lo surrealista. Hace cuatro años se aprobó un Estatut que fue llevado a las Cortes españolas para ser recortado. Lo que quedó fue un Estatut descafeinado refrendado en referéndum por el pueblo catalán. A partir de ahí se montó el circo. El PP (¿quién sino?) vetó el Estatut y lo declaró inconstitucional. Después de cuatro años el Tribunal Constitucional falló a favor del PP y dejó el Estatut totalmente mutilado. El clamor del pueblo catalán no se hizo esperar y más de millón de personas de todas las ideologías salieron a la calle como pueblo soberano a defender sus derechos fundamentales pisoteados y ninguneados. Los políticos acordaron llegar a un manifiesto de mínimos. Todo mentira, todo hipocresía. Siempre he dicho que el peor mal de este país es la escasa catadura moral y la nula capacidad de sus políticos. No les importa su país, ni los intereses de sus ciudadanos. Sólo quieren una poltrona para calentar, llevarse la morterada de euros cada mes y a vivir del cuento. Nunca es bueno generalizar pero en general (y valga la redundancia) casi todos los políticos de aquí se comportan de esta forma. Esa es la triste realidad. Solo quieren defender sus intereses y sus carteras (monetarias). Solo miran sus intereses electoralistas para su propio beneficio. Para muestras, un botón. El PSC vota en el Congreso en contra de la resolución que aprobó en el Parlament. La unidad catalana queda hecha añicos en Madrid después de que los diputados hayan votado cuatro resoluciones distintas, sin que prosperara ninguna, incluida la presentada por el propio PSC-PSOE. Lo dicho, aquí en Catalunya votan una cosa y allí en España los mismos tipejos votan otra. He aquí la unidad institucional tan reclamada en la manifestación del 10-J y la coherencia de nuestros representantes. ¿Se piensan que somos gilipollas? Siempre he dicho que no hay mal que por bien no venga y de todo este despropósito hay que rescatar lo positivo. Personalmente a mi me ha servido para pasar página definitivamente en cuanto a la capacidad de los políticos que no me representan. Tras la manifestación a la cual asistí dando un voto de confianza a los dirigentes pensé que algo cambiaría. Iluso de mi. Todo sigue igual. Así que lo tengo claro, en las próximas elecciones no pienso votar a nadie. Voto en blanco ya que nadie me representa y menos esta banda de embusteros, embaucadores y timadores. Que vayan a mendigar el voto a otro lado, el mio no lo tendrán. Y luego se preguntan por la existencia de una desafección generalizada a la política. Termino con una frase célebre de Groucho Marx: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados".

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