miércoles, 14 de julio de 2010

Conclusiones del Mundial Sudáfrica 2010 (I)


Sesenta y cuatro partidos disputados en total tras un mes de competición arrojan el siguiente balance:



Organización:

Primeros mundiales celebrados en África. En principio hubo algunas dudas sobre la capacidad organizativa de Sudáfrica pero en general se puede poner un aprobado. Existió algún problema de seguridad como ciertos robos en hoteles o carreteras pero la integridad física de los jugadores participantes nunca estuvo en peligro aparente. Buenas instalaciones deportivas y espectaculares estadios, muchos de ellos nuevos. Público entusiasta y muy participativo (a excepción de las vuvuzelas). Sudáfrica está capacitada para albergar unos JJ.OO. en un futuro cercano.
Nivel de juego:
Mundial con un nivel deportivo muy pobre. Cada Mundial registra un número menor de goles marcados. Este año la cosa ha sido escandalosa. El equipo vencedor, España, solo ha marcado ocho goles en siete partidos (1.14 goles/partido). Sólo Alemania se salva del desastre anotador. Pocos goles y poco fútbol. Las propuestas han sido en la mayoría de los casos destructivas. Solo Alemania y España han mostrado algo diferente, un juego rápido y de toque muy combinativo y nada especulativo. Pero han sido la excepción. Demasiadas defensas aguerridas y poco espectáculo.
África:
Se esperaba mucho de los equipos africanos en 'su' mundial y han decepcionado. Sólo Ghana pasó a la segunda fase llegando a cuartos de final. Parece ser que actualmente el límite de los equipos africanos son los cuartos de final. Sudáfrica no pasó de la primera fase y se convirtió en el primer anfitrión apeado de su Mundial de forma tan prematura. Los equipos asiáticos tampoco anduvieron muy finos aunque tanto Corea del Sur como Japón llegaron a la segunda fase. Un detalle para olvidar, el esperpéntico diseño del balón oficial, el jabulani. Muy mal para Adidas, eso no es un balón, es una pelota d eplaya (lo han sufrido tanto los porteros como los delanteros talentosos).
Arbitraje:
Lo peor con diferencia de este Mundial. Estos señores con pito son malos con premeditación, alevosía y nocturnidad. Muchos errores inexplicables, fallos estrepitosos y nulo criterio. El colofón, el árbitro inglés Howard Webb que tras pitar el España contra Suiza y tragarse dos penaltis y un fuera de juego en el gol suizo la FIFA le premia con la gran final. El resultado, el esperado. Protagonista indiscutible dejó sin sancionar tres expulsiones por juego violento de jugadores 'oranje'. En resumen, los vividores de la FIFA tienen que recapacitar seriamente para arreglar esta lacra. No quieren modernizarse (lo de los goles fantasmas raya lo absurdo) y así les luce el pelo.

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