Un millón largo de catalanes en la mayor manifestación en defensa del autogobierno. Esta masiva respuesta catalana hace historia (mayor asistencia que la manifestación de septiembre del 77) y reabre una vez más el debate sobre la relación Catalunya-España. Resumiendo los puntos más importantes del acontecimiento:
- Desafío: Los partidos catalanes, comprometidos en principio a actuar en bloque en Madrid.
- El problema español: La provocación del TC al divulgar la víspera el recorte de Estatut engrosa la masiva respuesta. El Constitucional se convierte en juez y parte rechazado.
- Transversalidad: Nunca un evento reunió tanta diversidad ideológica (republicanos, independentistas, federalistas, nacionalistas catalanes), generacional (abuelos, padres, hijos, nietos) y territorial (asistieron desde todos los puntos de la geografía catalana, incluso desde la Catalunya nord).
- El colapso: La afluencia fue tan masiva que tuvo que disolverse la marcha a medio recorrido.
- El clamor: Los gritos a favor de la independencia superaron a todas las demás consignas (España debe de tomar nota).
- Los nacionalistas: El auge soberanista obligará a CiU a asumir la evolución ideológica de sus bases.
- Los socialistas: El PSC se enfrenta al dilema de apoyar en el Congreso una posición distinta del PSOE (veremos si la disciplina de grupo puede con el grito unánime de los ciudadanos catalanes).
- Ambiente familiar: Abuelos, hijos y nietos, coches de bebé y sillas de ruedas dieron la imagen cívica.
- Dos incidentes: Dos exaltados (que no representan al millón largo de manifestantes, no lo olvidemos) increparon a Montilla y a Duran i Lleida sin consecuencias (no hubo agresiones como algún medio ha querido recalcar).
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