sábado, 24 de octubre de 2009

Crítica cinematográfica: Ágora

Una nueva película para destripar. Casi dos años de rodaje para la película española más cara de la historia. Debido a todas las expectativas que ha generado la película, voy a extenderme un poco más de lo habitual en la crítica. Sinopsis: Siglo IV. Egipto está bajo el Imperio Romano. Las violentas revueltas religiosas en las calles de Alejandría alcanzan a su legendaria Biblioteca. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz) lucha por salvar la sabiduría del Mundo Antiguo con la ayuda de sus discípulos. Entre ellos, dos hombres se disputan su corazón: Orestes y el joven esclavo Davo (Max Minghella) que se debate entre el amor que le profesa en secreto y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso de los cristianos. La crítica ha convenido que Ágora es una película difícil que no va a ser de muchos paladares. Su carácter de academicista imbuye al espectador en una clase de astronomía dirigida por la bibliotecaria Hipatia en los albores de la intolerancia cristiana. Una historia de religiones para reflexionar pero en un marco incomparable, el antiguo Egipto. Desde que se presentó en Cannes, la crítica está dividida y por lo que he podido averiguar, el público también. La película estrenada en las salas difiere un poco de la que se exhibió en Cannes. Sorprende el cambio de registro de Alejandro Amenábar. La factura técnica es fantástica. Faraónica recreación de Alejandría. Decorados, escenarios, atrezzo, vestuario, todo es grandioso. La ciudad de Alejandría rebosa vida y la iluminación, los planos y movimientos de cámara son siempre acertados. Se ve que el dinero ha sido bien invertido. La música está muy conseguida aunque creo que se abusa un poco de ella. Y a partir se aquí vienen los problemas. Para empezar la historia no acaba de enganchar. La trama tiene muchos altibajos, los personajes no están explotados de forma adecuada. Lo que en mi opinión sí flojea es el guión, sobre todo en lo que se refiere a la propia protagonista. Hipatia no es el personaje fascinante que uno se espera. En la película es sólo una mujer obsesionada con el saber, con desentrañar los misterios del cielo y comprender los movimientos de las estrellas. Y aunque la trama principal (para mi) es el enfrentamiento religioso y el fanatismo cristiano, la historia no avanza, no hay tensión, la narración está detenida en un extraño empeño por impartir una larga clase de historia de la ciencia (estamos viendo una peli, no un documental). De todas formas tengo que comprobar que lo explicado sea cierto y no esté tergiversado (no sería la primera película que exagera los hechos o simplemente los inventa). En la película hay demasiado barullo narrativo, muchas pausas, muchos silencios. La actuación de los actores es correcta en su mayoría sobresaliendo Rachel Weisz. Es justo señalar que el director haya suavizado el asesinato de Hipatia. Por lo demás, encuentro poca profundidad en las emociones de alguno de los protagonistas. En fin, esta película es demasiado densa y lenta para ser considerada apta para todos los paladares. Dos aspectos del argumento me han gustado, uno es el tema científico en general y el astronómico en particular (como ya debéis saber me fascina la astronomía, que no la astrología) y la intolerancia religiosa, las disputas absurdas por creencias y supersticiones, sean cristianas, judías o paganas. Creo que al Vaticano no le va a gustar mucho esto (los cristianos parecen los causantes de todas las desgracias aunque no hay que olvidar que son los paganos los que inician las hostilidades). Resumiendo, Ágora tiene bastantes fallos (no técnicos pero si en el desarrollo del guión y los personajes). Ello no quita que sea una película aceptable. Se deja ver, no llega a aburrir excesivamente y si te gusta el tema astronómico y el religioso incluso puedes disfrutar. Si buscas grandes pasiones amorosas, batallas épicas o personajes atormentados no es tu película. Sé que esta película o gusta mucho o no gusta nada. Yo me encuentro en el punto medio (ni blanco ni negro). Evidentemente Ágora no es lo mejor de Amenábar pero por lo menos se nota el cuidado que ha puesto en el film. Aprobado raspado, pero aprobado.


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