Continuamos con la trama de corrupción política del año. Esta semana, como era de esperar, se ha producido una nueva vuelta de tuerca en el caso Gürtel. Mariano Rajoy, presidente del PP, obligó el pasado miércoles al presidente valenciano, Francisco Camps, a deshacerse de Ricardo Costa como secretario general del PP en Valencia y portavoz parlamentario (empiezan a rodar cabezas, aunque no todas las que deberían). Pero en esta crisis, consecuencias de las revelaciones del caso Gürtel, Rajoy ha perdido la confianza en Camps (o eso parecía en un principio). Primero porque pidió tiempo pero luego no fue capaz de imponerse a Costa y segundo porque el líder valenciano intentó engañarlo el martes por la noche, cuando le aseguró que había resuelto la crisis y en realidad había pactado con su número dos una salida en falso (otra mentira más). Un par de declaraciones de los protagonistas.
- Francisco Camps:"la decisión que acordamos ya está tomada (...) Ahora a seguir con nuestra tarea con los valencianos" (me pregunto que tarea será esa, ¿nuevos chanchullos? ¿más corrupción?).
- Ricardo Costa (el cabeza de turco): "lo que he intentado es defender mi gestión, mantener mi honradez y no aferrarme a ningún cargo" (justo lo que hacen todos los políticos honrados; ya que se han deshecho de él como un trapo viejo espero que tire de la manta y saque a relucir toda la mierda que hay detrás de todo este escándalo, aunque sólo sea por dignidad).
Después de esta pequeña purga, Mariano Rajoy salió a dar explicaciones públicas en una rueda de prensa multitudinaria en la sede central del PP. Rajoy compareció ante los medios para tranquilizar a los suyos. Así el líder del PP mantiene su confianza en Camps y le apoya para ser candidato en el 2011. A pesar de defender la honorabilidad de Costa no dio muchas explicaciones del motivo de su distitución. Aseguró que no dudaba de su honradez pero Costa tenía un plus de responsabilidad ya que la exigencia de un secretario general es superior a la de un militante. También aseguró que no había aceptado presiones de nadie y que no iba a consentir conductas que pudieran avergonzar a un votante del PP. Las reacciones del PSOE tampoco se han hecho esperar: denuncian que Rajoy ha emprendido una "huída hacia adelante para enterrar el caso Gürtel" sin asumir responsabilidades políticas (supongo que se preguntan por qué Rajoy no ha cesado a Camps). Añaden también que Rajoy recupera "la teoría de la conspiración" como única justificación, "un paso más en su acreditada irresponsabilidad política". Los socialistas se fregan las manos ante este balón de oxígeno inesperado. Está claro que los auténticos responsables siguen impunes y ahora, en el mundo de los supervivientes, el más tocado es Camps, con la confianza de Rajoy decaída.
Y seguimos para línea;
Asencio, sustituto de Costa en el partido, negó el holocausto en 1979. El nuevo número dos del PP ya ha pedido perdón "por mi error de adolescencia". Con 17 años publicó un artículo en el Diario Información de Alicante en el que negaba el holocausto y defendía posiciones filonazis y antisemitas. En fin, si montan un circo les crecen los enanos.
Para acabar, cantamos bingo. La Justicia abre otro frente de preocupación en el PP (más que un partido a la deriva parece el Titanic después de chocar contra el iceberg). El juez titular del juzgado de instrucción número tres de Palma ha citado al ex presidente balear
Jaume Matas a declarar como imputado en el caso de presunta corrupción en torno a la construcción del velódromo Palma Arena, así como del aumento de su patrimonio personal en la pasada legislatura.
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