domingo, 1 de mayo de 2011

Día del trabajador


Hoy es uno de mayo, es decir, el día internacional del trabajador o Primero de Mayo. En estos días, hablar de trabajo en España es una utopía. Este viernes se conoció los últimos datos sobre el desempleo en nuestro país. La Encuesta de Población Activa (EPA) arrojó un nuevo jarro de agua fría sobre la confianza (más bien poca) en la economía española. En los tres primeros meses de este año, el desempleo sumó 213.500 personas más, hasta 4,91 millones, un nuevo récord negativo, y el 21,29% de la población activa española (la frontera psicológica de los cinco millones está a punto de rebasarse). Y eso pese al descenso de esa población activa, la cantidad de personas en edad de trabajar que buscan empleo. Catalunya sumó 40.900 parados más, con lo que la tasa de desempleo se sitúa en el 19%. El número de familias con todos los miembros activos en situación de paro también alcanza un nuevo máximo, 1,38 millones (está claro que existe la economía sumergida ya que una situación de estas características es claramente insostenible). La Comunidad autónoma con mayor tasa de desempleo es Andalucía con casi un 30% y la que registra menor paro es Euskadi con poco más de un 11%. Otros indicadores económicos negativos es la subida de la inflación al 3,8%, el descenso de un 8% de las ventas del comercio y el nivel del Euribor (2,086%). En definitiva, muy malos presagios para nuestra enferma economía (menos obra pública, pernoctaciones a la baja, más déficit exterior, menos confianza de los consumidores...). Antaño este primero de mayo significaba mucho, la lucha por los derechos de los trabajadores. Hoy, tener un trabajo (aunque no sea digno), lejos de ser un derecho, es un privilegio y una bendición. Así está el panorama, así está la realidad. Y lo peor, tal y como he comentado en estas líneas, es que no tiene visos de mejorar. Mal año este 2011.

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