martes, 31 de mayo de 2011

Investigación y ciencia (mayo 2011)



Preparados para el gran terremoto (Sid Perkins)

En los últimos meses se han producido varios terremotos devastadores en el océano Pacífico. En enero de 2010, un seísmo de magnitud 7,0 devastó Haití; en febrero, otro de magnitud 8,8 azotaba el centro de Chile. Christchurch, en Nueva Zelanda, se vio afectada por un temblor de magnitud 7,0 en septiembre, al que siguió una réplica de 6,3 el pasado mes de febrero. El terremoto de magnitud 9,0 que asoló Japón en marzo ocupa el cuarto puesto en la lista de los terremotos más intensos de los últimos 110 años. Son muchos quienes se preguntan si existe alguna relación entre ellos. Aunque los sismólogos consideran como causa más probable una fluctuación estadística, eso no implica que sea seguro salir de debajo de la cama. El mejor indicador de riesgo sísmico lo proporciona el registro geológico, y los datos más recientes revelan una historia inquietante, sobre todo en la costa noreste del Pacífico. Aunque la mayoría considera el sur de California como la región de EE.UU. con mayor probabilidad de sufrir un terremoto, existen razones para pensar que, en realidad, es la zona de subducción de Cascadia la que presenta el riesgo más elevado. Esta zona corre paralela a la costa y supone una amenaza para ciudades como Victoria (Canadá), Portland y Eureka (California). Allí, la diminuta placa de Juan de Fuca se desliza hacia el este bajo la placa Norteamericana a una velocidad media de 35 milímetros al año. Sin embargo, el movimiento a lo largo de la superficie de contacto entre ambas placas parece haber permanecido bloqueado durante siglos. Eso implica que tras permanecer tranquila durante cientos de años, de repente podría dar un empujón brusco. Datos recientes indican que la región norte de la zona de subducción presenta una probabilidad de entre un 10 y un 15 por ciento de sufrir un terremoto de magnitud 8,0 o superior durante los próximos 50 años. La región sur cuenta con un probabilidad del 37% de que ocurra lo mismo. Está claro que el siguiente gran terremoto va a ocurrir. Solo es cuestión de acotar cuándo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario