Por fin. Por fin las urnas hablaron (en algún caso vociferaron). El pueblo, soberano él aunque bastante anestesiado e indolente, dictó sentencia. Y tal como las encuestas preveían, hubo un cambio. El poder desgasta, el poder absoluto desgasta (y corrompe) de forma absoluta. La crisis global acentúa ese desgaste. Era fácil despejar la incógnita. El PP en España (y en menor medida en Catalunya) arrasó en las elecciones municipales y autonómicas. El PSOE se descalabró totalmente (en Catalunya el PSC sufrió una derrota clamorosa). En el País Vasco Bildu fue la segunda fuerza más votada (el partido político que la derecha española quiso ilegalizar a instancias del rancio poder judicial y los poderes fascistas a la sombra). En Catalunya ganó CiU de manera rotunda y contundente. Gobernará en las ciudades más importantes y en las cuatro diputaciones. El azul de nuestra derecha ocupa casi toda la geografía hispana. El PSOE se hunde a plomo, solo salva Extremadura y Zapatero dice que aguantará sin convocar elecciones anticipadas (no hay más ciego que el que no quiere ver). La rotunda victoria del PP refuerza a Rajoy que ya ha exigido elecciones anticipadas (otro que quiere chupar del bote). CiU triunfa claramente en Catalunya convirtiéndose en la lista más votada. Los números más significativos de las elecciones municipales a nivel nacional son los siguientes: 22.971.350 votantes totales (66,23%), 11.710.762 abstenciones (33,77%), 389.506 votos nulos (1,70%), 584.012 votos en blanco (2,54%). Más participación, más votos nulos y más votos en blanco que hace cuatro años (parece que la desidia y cansancio crece entre los electores). En Catalunya el vuelco ha sido total. Barcelona y Girona tendrán alcaldes nacionalistas (CiU) y Tarragona depende de pactos (sólo Lleida conserva un gobierno socialista catalán). La federación que lidera Mas pasa a controlar las cuatro diputaciones y 32 comarcas. Fernández Diaz (PP) obtiene el mejor resultado en Barcelona y Albiol gana en Badalona. El PSC resiste en LLeida, Sabadell, Terrassa y l'Hospitalet. La mala noticia es el crecimiento de PxC, el partido xenófobo de Josep Anglada (muchos votos socialistas han ido a parar al PP y a PxC). ERC se precipita con otra derrota histórica (el partido sufre en Barcelona y se descalabra en Girona). Muchos de sus votos han ido a parar al CUP.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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