Voy a hablar de una de las películas más esperadas del año. Hace dos meses aproximadamente fui a ver "Super 8", la nueva producción del tandem Steven Spielberg (productor)- J.J. Abrams (director). Durante unos meses los trailers de este film circularon en cuentagotas con lo que las expectativas crecieron exponencialmente (también ayudó el caché del director de la última película de Stark Trek y de la serie Lost). Después de dajar pasar unas semanas, una vez el visionado ha reposado en lo más hondo de mi cerebro, he tenido tiempo para reflexionar sobre la película. Así que hoy voy dar una opinión sobre "Super 8". A priori el film prometía muchas y buenas emociones. A posteriori me deja un regusto ambivalente. Para empezar ha gustado mucho a la crítica (mala señal). La cinta es una vuelta al Spielberg ochentero (las similitudes con "ET" saltan a la vista), a las películas familiares de aventuras con niños de esa época (¿quién no recuerda la entrañable "Los Goonies"), a la de extraterrestres sin maldad aparente. También el sello Abrams se nota. Volvemos a las pequeñas historias de culpa y redención, la fascinación por la alta tecnología, el sentido del espectáculo, los guiños a la nostalgia y el exquisito gusto musical. Y como en tantos mestizajes, el resultado a veces es difuso o presenta alguna debilidad, pero en otros momentos alcanza alturas de cine inmenso. Los actores, en general, están inmensos. La química entre los dos pequeños protagonistas existe y, por momentos, brilla con fuerza (gran interpretación de Ellen Falling). El padre de la 'prota' también está bien interpretado aunque muy desaprovechado.
A nivel técnico la película es exquisita, la composición de cada plano es limpio y claro, los efectos especiales cumplen su papel a la perfección. La aceptable banda sonora acompaña al conjunto sin desentonar. el problema es el desarrollo de la historia, firmada también por el cineasta. Porque, sencillamente, no desprende la magia que pretende. “Super 8” no abunda en emociones, no destila vida propia, imposibilitando el fascinante efecto catártico necesario en una producción de estas características. Entretiene pese a sus bajones rítmicos, sí, pero no satisface. No cumple lo que promete. Cine de verano, de palomitas, para ver en compañía, pero que no pasará más allá. Una pena. El final (de la trama principal, no de la película) tampoco me convenció. Globalmente la película se deja ver, tiene sus momentos y está muy bien rodada. Sin embargo le falta chispa, sentimientos y le sobra cierta reminiscencia 'spielbergiana'. Evidentemente se deja ver pero no es una obra maestra.
PD: Tal vez el problema principal de la película no resida en el propio film, sino en los espectadores. Quizás hay que ver esta película con los ojos de un niño, con el espíritu de un adolescente y quitarnos esos años de encima. Como cuando veíamos esos clásicos imperecederos de los años 80. Seguramente ese sea el gran defecto y la gran virtud de "Super 8". Si somos capaces de ser niños durante dos horas, disfrutaremos la peli como enanos. Sino nos aburriremos y lo que es peor, no la entenderemos.
Sinopsis: Año 1979, en un pequeño pueblo de Ohio. Joe Lamb (Joel Courtney) es un muchacho que ha perdido a su madre en un accidente y que vive con su padre policía (Kyle Chandler). Comenzado el verano, y mientras rueda una película de zombis en Super 8 con sus amigos -y sobre todo con la bella Alice Dainard (Elle Fanning)-, Joe observa cómo una camioneta se estrella contra un tren de mercancías, provocando su descarrilamiento y un terrible accidente. A partir de ese momento cosas extrañas e inexplicables comienzan a suceder en el pueblo...
Lo mejor: la primera escena, el accidente ferroviario y los títulos de crédito finales.
Lo peor: la ñoñería 'made in' Spielberg que se respira en algunos momentos.
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