miércoles, 26 de octubre de 2011

Editorial sobre la paz de ETA (III)

(Continuación...)
Hay que ser prudentes porque la sensación de fascinación colectiva ante el amanecer de un país libre de coches bomba ya la hemos vivido en otras ocasiones. Hoy el anuncio es más peligroso si cabe por producirse a un mes de las elecciones, en las que el brazo político de los etarras aspira a conseguir unos grandes resultados para lanzar en el Parlamento su órdago separatista.
El presidente del Gobierno se aferró ayer [*] al penúltimo párrafo del comunicado de ETA, pero obvió la apología del terrorismo que contiene, especialmente escarnecedor para las víctimas. "La lucha de largos años ha creado esta oportunidad", señala el documento, justificando así su casi mil asesinatos. Mientras ETA trate de rentabilizar su historial criminal, utilizando su propaganda para la movilización y obviando el perdón a las víctimas no habrá llegado el "final" del terrorismo.
(...)
Sorprende la reacción de Rajoy de celebrar el comunicado de ETA asegurando que se ha producido "sin ningún tipo de concesión política". Sus palabras deslegitiman todo el discurso previo del PP, que denunció, con razón, que la legaliación de Bildu y la conferencia-festival de San Sebastián eran cesiones a la banda. O bien su respuesta obedece a un intento por evitar dar ventaja a Rubalcaba ante el 20 de noviembre o no es consciente del problema que le espera si llega al Gobierno. Porque lo único que queda claro del episodio de ayer [*] es que al margen de que ETA cumpla o no sus promesas, sus representantes políticos tendrán más fuerza que nunca.

* por el jueves pasado.

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