domingo, 23 de octubre de 2011

Editorial sobre la paz de ETA (II)


ETA mueve ficha de cara a las elecciones (diario 'El Mundo'):
A la solemnidad con que el presidente del Gobierno anunció anoche [por jueves por la noche] el "final" del terrorismo en España una hora después de que tres encapuchados comunicaran que ETA ha acordado el "cese definitivo de su actividad armada" cabe responder con rotundidad que la banda sigue activa. En la reserva, si se quiere, pero activa. El matiz, fundamental, que ni Zapatero ni su Ejecutivo han querido ver ni ayer [*] ni en los últimos meses, es que la ausencia de atentados no supone la desaparición de ETA, que sólo será verdadera cuando entregue las armas y se autodisuelva sin contrapartidas políticas.
Cuando Zapatero se refirió anoche [por jueves por la noche] a "este final" de la banda, iba un paso más allá de lo que fueron los encapuchados. Los etarras no sólo no dijeron que vayan a desaparecer, sino que subrayaron que si se quiere entrar en un nuevo ciclo, el de "la superación de la confrontación armada", ello requiere una negociación con "diálogo directo". En las actuales circunstancias, no hay garantía alguna de que no pasemos del "cese definitivo" a la reanudación de atentados si ETA no ve satisfechos sus objetivos en esa negociación. Si lo "permanente" podía dejar de ser permanente, ¿por qué lo "definitivo" habrá de seguir siéndolo?
Habrá quien argumente que las condiciones que pone ETA son pura retórica para no ofrecer ante su público una sensación de derrota. Pero puestos a dudar del comunicado, cabría hacerlo también de su totalidad. No sería la primera vez que ETA ha mentido al anunciar su inminente desaparición. En octubre de 1998, portavoces de la banda declaraban a la BBC que su generación no volvería a "coger las armas". Pues bien, en esas fechas los terroristas estaban preparando su próximo asesinato.

(Continua...)

* por el jueves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario