sábado, 1 de octubre de 2011

Investigación y ciencia (octubre 2011)


Cinco mitos sobre el cerebro
Algunas ideas muy difundidas sobre la manera en que aprenden los niños pueden confundir a padres y educadores.

MITO: Usamos solamente el diez por ciento del cerebro.
REALIDAD: El mito del diez por ciento (elevado a veces hasta el veinte por ciento) ha reaparecido en fecha reciente en la película Sin límites, que gira en torno a una droga milagrosa que otorga al protagonista una memoria y capacidad analítica prodigiosas. Los profesores pueden animar a los alumnos a esforzarse más, pero no por ello lograrán accionar circuitos neuronales "vírgenes". No existe ningún interruptor neuronal cuya activación mejore el rendimiento escolar.

MITO: La personalidad depende del mayor uso de uno u otro hemisferio cerebral.
REALIDAD: La opinión de que nuestro hemisferio izquierdo es racional y el derecho, intuitivo y artístico carece de fundamento. En todas las funciones cognitivas participan ambos lados del cerebro. La idea se debe a la observación de que muchas personas (aunque no todas) emplean más el hemisferio izquierdo a la hora de procesar el lenguaje y se sirven en mayor medida del derecho para las destrezas espaciales y emotivas. Algunos psicólogos han esgrimido esta diferencia para explicar los diferentes tipos de personalidad, y no han faltado los planes educativos que abogaban por una menor dependencia de las actividades racionales. Los estudios con imágenes cerebrales no han ofrecido ninguna prueba de que el hemisferio derecho sea el foco de la creatividad. El cerebro se vale de ambos hemisferios tanto en la lectura como en el cálculo.

MITO: Es preciso hablar un idioma antes de aprender otro.
REALIDAD: Los niños que aprenden dos idiomas al mismo tiempo no los confunden ni se desarrollan por ello con mayor lentitud. Esta noción de interferencia lingüística sugiere que diferentes áreas cerebrales se disputarían recursos. En realidad, los niños que aprenden dos idiomas, incluso al mismo tiempo, adquieren un conocimiento más generalizado de la estructura del lenguaje como un todo.

MITO: Los cerebros femenino y masculino difieren en aspectos que dictan facultades de aprendizaje.
REALIDAD: Es cierto que existen diferencias fisiológicas entre los cerebros de uno y otro sexo, y que estas pueden originar cambios en su funcionamiento. Sin embargo, ninguna investigación ha demostrado que existan distinciones por razón de sexo en las redes neuronales que se forman al aprender habilidades nuevas. Y, aunque las hubiese, es probable que fuesen minúsculas y basadas en promedios, por lo que no determinarían las habilidades de ningún individuo en concreto.

MITO: Cada niño posee un estilo particular de aprendizaje.
REALIDAD: La idea de que cada alumno tiende a aprender mejor desde una vía sensorial concreta (el niño "visual" frente al "auditivo") no cuenta con demasiadas pruebas. En este caso, como en otros, la percepción pública parece haberse adelantado a la ciencia. Uta Fritz, antigua directora de una comisión británica encargada de examinar las promesas de la neurodidáctica, insta a padres y educadores a proceder con cautela. "La sociedad reclama información sobre la aplicación de la neurociencia en la educación; como consecuencia, se ha producido una enorme oferta de métodos sin contrastar y carentes de base científica".

Fuentes: Mind, brain and education science, por Tracey Tokuhama-Espinosa (W.W. Norton, 2010); Understanding the brain: The birth of a learning science (OCDE, 2007); Reunión de Ministros de Educación de la OCDE, 4-5 de noviembre de 2010.

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