Un acontecimiento geológico de primera magnitud está causando graves problemas en Europa. Un volcán islandés causa el mayor caos aéreo en Europa. Se confirma que la crisis se prolongará hasta el lunes, aunque el final depende de la erupción y el viento (obviamente nadie sabe cuánto durará la erupción y en qué dirección soplará el viento). Más de la mitad de los aviones están en tierra ya que el 60% de los vuelos en Europa fueron cancelados (cerca de 17000). El Eurostar, sin una plaza libre, rompe el aislamiento insular del Reino Unido. La imagen parece el argumento de una película catastrofista de ciencia ficción sobre el principio del fin del mundo: cielos vacíos, aeropuertos vacíos, viajes cancelados y la vida de millones de personas alteradas por la erupción de un volcán en un remoto lugar del sudeste de Islandia, y la consiguiente formación de una nube negra de ceniza con fragmentos de cristal y roca que resulta letal para los motores de los aviones. Pero es una realidad, tenemos el equivalente de una tormenta perfecta en la era de la globalización y las comunicaciones. Esta madrugada la nube negra llegará a territorio español aunque no será tan densa como en el centro y norte del continente. Muchos factores afectan a la duración de este fenómeno (dirección del viento, intensidad y duración de la erupción, altura de estabilización de la nube...). Así que actualmente tenemos miles de personas atrapadas en decenas de aeropuertos a la espera que los aviones puedan volar nuevamente. Resignación y espera para los pasajeros frustrados. Según las última previsiones eso ocurrirá a partir del próximo lunes. Evidentemente la parada de todos estos vuelos van a afectar a la economía de muchos países. Las compañías aéreas pierden unos 147 millones de euros diarios. Al coste de no volar hay que sumar las devoluciones de las reservas cobradas. El mercado financiero se ha visto afectado como era de esperar. Así las bolsas han castigado a las aerolíneas y a las empresas del sector turístico. El sector turístico emergía lentamente de la recesión; ahora la salida tardará más (una vez más llueve sobre mojado). Por lo menos los hoteles cercanos a los aeropuertos se van a llenar. Como es normal las compañías aéreas y de seguros no van a pagar las indemnizaciones alegando "la mano de Dios" como responsable del fenómeno. Expertos y geólogos esperan una erupción larga. Se cree que el volcán puede permanecer activo más de un año, aunque su intensidad pronto se moderará. Las cenizas volcánicas provocarán un pequeño descenso de temperaturas ya que la ceniza volcánica tapa la radiación solar y hace bajar las temperaturas máximas. Tampoco se espera efectos sobre la salud ya que las sustancias emitidas por el volcán dejan de ser peligrosas al llegar a la alta atmósfera.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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