He hablado de economía en algún post anterior aunque no de forma monográfica. Hoy voy a dar mi punto de vista sobre la actual situación económica (vaya por delante que será la opinión de una persona que no es economista y no entiende de grandes números pero que sabe sumar y restar). La situación económica global es crítica. Estamos en la peor crisis económica que se recuerda y España no es una excepción. A decir verdad la situación española es todavía más dramática que la del resto de países desarrollados. La situación de crisis total la llevamos sufriendo desde hace más de dos años y todavía no se ha tocado fondo. Todo empezó con la crisis de los bancos norteamericanos y a partir de ahí todo se extendió como la pólvora. El sistema capitalista agresivo tampoco ayudó a encauzar la situación, más bien al contrario. Y España ha sufrido las peores consecuencias. ¿Por qué? Difícil pregunta pero intentaré contestarla según mi punto de vista y exponer mis razonamientos. Para empezar el modelo económico está equivocado. Básicamente la gran base económica de España es la vivienda y el sector servicios. El sector primario apenas cuenta y el sector secundario como la industria está desestructurado y no es competitivo. Así que todos los huevos están puestos en el ladrillo y la hostelería (no hay que olvidar que somos un país turístico). Evidentemente estoy simplificando mucho pero es la única forma de resumir lo acontecido. Luego tenemos otras patas, como el sector financiero, el industrial (venido a menos) y el de nuevas tecnologías, investigación e innovación (testimoniales). Los funcionarios también tienen peso pero no afecta a la coyuntura económica del país. El otro elemento de la ecuación, tal vez el más importante, es el financiero. A parte de ser un lobby de presión, los bancos (y en menor medida, las bancas) son los responsables de dar créditos e hipotecas. Y España está hipotecada (literalmente). Así que tenemos dos problemas de origen, uno en el sector bancario y el otro en el de la construcción. Los bancos empiezan a hacer fallida, dejan de dar créditos (a personas y empresas). La burbuja inmobiliaria revienta (como todas las burbujas). Crece el pánico entre inversores bursátiles y empresarios y el dinero deja de circular. Los bancos, al cerrar el grifo, no dan dinero y no hay liquidez. Los negocios pequeños y medianos se resienten y empiezan a despedir a trabajadores. Las empresas buscan más rentabilidad pero no pueden mantener su estructura. Al no haber dinero no se puede seguir construyendo (a parte de que lo que está construido no se vende) por lo que uno de los pilares (la construcción) empieza a desmoronarse (más trabajadores al paro). Y como un castillo de naipes, todo empieza a caer (recordemos que estamos en un mundo globalizado). La gente empieza a no consumir por el pánico a la situación financiera (unos por estar desempleados y otros por temor a perder su empleo). La situación se agrava a pesar de las políticas de inyección de capital para salvar a los bancos (¿de qué sirve dar dinero a los bancos si éstos no lo dan a los que lo necesitan?). La destrucción de empleo se acentúa, el pánico crece, el consumo se estanca todavía más afectando al mercado (recordemos que el sector servicios también es importante en nuestro país). Y así están las cosas. Esto solo es la punta del iceberg y es una radiografía de cómo está la situación actualmente. Las consecuencias a corto y largo plazo pueden ser todavía más alarmantes (no quiero ser agorero pero las cosas no pintan nada bien). ¿Cómo revertimos este círculo vicioso? ¿Cómo podemos salir de esta gran crisis? Yo no tengo la receta para salir de la crisis (ojalá). Creo que el modelo económico no es el adecuado y que tiene que haber una restructuración total (lo que sería muy traumático). Los que quienes tienen el conocimiento y las herramientas para hacerlo son nuestros políticos (ya hablaré de ellos en otra entrada del blog) y por lo que se intuye no tienen mucha idea. Y debería tenerla porque son los máximos responsables de la situación del país. Por eso los votamos, para que gestionen nuestro dinero, hagan políticas sociales y sepan ser imaginativos en periodos de vacas flacas. Y por desgracia no son la solución (más bien son uno de los muchos problemas). Como los buenos pilotos de aviones, que en situaciones de emergencia son capaces de hacer aterrizar el avión de una pieza, los buenos políticos deberían ser capaces de sacar al país de la crisis. Desgraciadamente ellos son uno de los responsables de habernos metido en ella, así que dudo mucho que den con la tecla adecuada. El tiempo lo dirá.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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