Evidentemente una crisis tan profunda como la que estamos sufriendo no ha podido pasar desapercibida para nadie. Es por eso que la actual coyuntura económica ha derivado en una serie de consecuencias de difícil resolución. Como se dice vulgarmente, toda acción tiene una reacción. He aquí las reacciones más importantes:
- Inestabilidad bursátil: En el momento más álgido de la crisis las bolsas mundiales tocaron fondo, incluso la española. Posteriormente se han ido recuperando pero nunca han alcanzado los niveles previos a crack financiero. Los inversores están nerviosos ya que todavía existe mucha incertidumbre sobre el alcance real de esta crisis. En los últimos meses el IBEX 35 ha experimentado un ascenso pequeño pero continuado en el tiempo hasta empezar este año. En el 2010 solo predomina el color rojo. Es decir, los inversores (sobretodo internacionales) no confían en la bolsa española.
- Reducción de préstamos hipotecarios y créditos personales: El sector bancario está siendo uno de los más perjudicados. Es curioso que siendo responsables en parte del origen de esta crisis estén contribuyendo a que dicha crisis sea más severa a pesar de haber recibido mucho dinero por parte del Estado (dinero que es de los contribuyentes, no lo olvidemos). Falta liquidez, crece la morosidad, crecen los impagados por lo que los bancos cierran el grifo a la hora de conceder préstamos e hipotecas. Las pequeñas empresas y los particulares son los mayores damnificados por esta forma de actuar.
- Descenso en la compra y venta de inmuebles: Como no hay dinero ni préstamos hipotecarios, la gente no puede comprar pisos (ni nuevos ni de segunda mano). El sector inmobiliario es el más perjudicado en esta crisis. Ni se vende, ni se compra, y lo que es peor, ni se construye viviendo nueva (o se edifica a un ritmo muy lento). Como consecuencia se dispara el desempleo en el sector inmobiliario y el de la construcción.
- Aumento del desempleo: Lo dicho anteriormente. Sube el paro en el sector de las inmobiliarias y en el sector de la construcción. Además, ya que todo está interconectado, el desempleo también aparece en otros sectores como el de servicios. Actualmente España tiene más de cuatro millones de parados (casi el 20% de la población activa) y sigue subiendo cada mes. Este es el principal problema del Gobierno a la hora de intentar salir de la crisis. No hay empleo, no hay dinero, no hay consumo por lo que no se puede vender los productos manufacturados y muchas empresas tienen que cerrar, con lo que el desempleo se acrecienta (es un círculo vicioso).
- Reformas estructurales del gobierno: Ante la situación actual el Gobierno toma medidas desesperadas para intentar seguir a flote. Una de esas medidas es la de retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años. Considero que es una insensatez. A priori tiene lógica ya que se aumenta el periodo productivo del trabajador (más tiempo cotizando a la Seguridad Social) disminuyendo a su vez el tiempo que estará cobrando la pensión de jubilación. El problema está en que muchas empresas prejubilan a los cincuenta años. Otra medida que nuestro Gobierno quiso adoptar fue subir el tiempo de cotización de los 15 años a los 25 para tener derecho a la pensión de jubilación. Al parecer solo fue un 'globo sonda' y no una iniciativa real. Uno ya no sabe que pensar...
- Aumento del déficit público: Una simple frase: el Estado no tiene dinero. Y cuanto más suba el déficit público, peor. El Estado se retrasa a la hora de pagar obras, infraestructuras, bancos (porque son los bancos los que prestan el dinero que luego recuperarán con buenos intereses). Las políticas sociales se resienten (por ejemplo que le pregunten a la Generalitat como piensa pagar a los centros geriátricos) a pesar de 'pagar' los 420 euros a las personas que recientemente han dejado de cobrar el subsidio de desempleo, el gasto general baja y la deuda sigue creciendo (son muchos ceros seguidos). Además los afiliados a la seguridad Social siguen bajando (menos ingresos), los trabajadores en activo son menos porque sube el desempleo (menos ingresos), las prejubilaciones están a la orden del día (menos ingresos) y la esperanza de vida es de las mayores del mundo (más gasto en pensiones). Queda claro que los números no cuadran.
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