Los amantes del cine estamos de enhorabuena. Ayer se inauguró una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Venecia. La Mostra de Venecia, el certamen cinematográfico más antiguo del mundo, y uno de los más prestigiosos, arrancó ayer su edición 67ª con un innegable aire de cantera y los inconvenientes propios de una mudanza. Si todo sigue de acuerdo con el plan previsto, a principios del 2012 se alzará la impresionante mole dorada de la futura Mostra. Hasta entonces a adaptarse a las obras y a esperar. Por la famosa alfombra roja, en la primera jornada de competición, circulaban ayer los protagonistas de la velada inaugural, más austera de lo que suele ser habitual (cosa del ahorro presupuestario que también ha alcanzado a Venecia). Encabezando el desfile de la noche, el equipo de Black Swan (Cisne negro), la última película de Darren Aronofsky protagonizada por Natalie Portman. El director habló de las similitudes con El luchador, su anterior obra, que le valió el León de Oro hace dos años, y donde aquel impactante y emotivo filme protagonizado por Mickey Rourke inició una carrera imparable que lo llevaría a triunfar entre el público y los Oscar. Black Swan se sitúa en el mundo de la danza, donde el esfuerzo físico y los desafíos para el cuerpo son comparables a los de la lucha libre, según comentó el director. Black Swan no es un filme sutil. Lo único sutil son los mil y un matices que Natalie Portman consigue extraer de su personaje. La actriz borda el papel de un personaje que se acerca a la locura. Durante seis meses, la actriz dedicó cinco horas diarias a prepararse para el ballet. También se hallaba Quentin Tarantino, presidente del jurado, en medio de los cientos de asistentes a la gala, en una velada a la que asistió, como máxima autoridad política, el venerable Giorgio Napolitano, presidente de la República italiana. Tarantino siempre se hace notar. "Vengo a Venecia a dejarme sorprender y defenderé las películas que me gusten con pasión aunque esas películas estén realizadas por gente que conozco", comentó en un encuentro previo con la prensa.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
El realizador español Álex de la Iglesia se convirtió en uno de los grandes ganadores de la 67 edición de la Mostra al ganar la Osella al mejor guión y el León de Plata a la mejor dirección en un palmarés en el que el León de Oro, máximo premio del festival, fue para Somewhere, de Sofia Coppola.
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