jueves, 23 de septiembre de 2010

Cartas al director (III)


A raíz de los últimos acontecimientos acaecidos sobre la persona de Leo Messi (es decir, medios de comunicación deportivos afines al equipo blanco incitando a la violencia para acabar con el talento del argentino, posterior agresión premeditada con intención de hacer daño del jugador del Atlético de Madrid, lesión del astro argentino, por fortuna menos grave de lo esperado, por la atroz patada al tobillo, sanción ridícula al autor de los hechos del Comité de Competición cuando todos vieron juego violento y no solo juego peligroso, etc.) considero necesario exponer una interesante carta al director publicada esta semana en 'La Vanguardia'.

Fariseos deportivos
Los periódicos deportivos de la capital estuvieron previamente al partido alentando la rivalidad entre el Atlético de Madrid y el Barça, hasta que ocurrió lo que ya se preveía: un carnicero del club capitalino efectuó una dura entrada al astro barcelonés, al que dio caza. Era de esperar, no era la primera falta del partido que Messi había tenido que soportar. Afortunadamente, salió bien librado, a excepción de la última, que el autor ni tan siquiera se preocupó de disimular. Después, Guardiola en rueda de prensa dijo a los periodistas madrileños, sutil e inteligentemente, que al fin se había cumplido lo que ellos habían estado alentando durante meses. Y leo que los diarios deportivos tachan de brutalidad una acción que muchos alentaron. Sepulcros blanqueados, pero por dentro está la risita sarcástica. Cuan diferente es la prensa madrileña de la que tenemos aquí. Además, el autor de tan terrorífica entrada dice haberle enviado un mensaje a Messi disculpándose. Creo que ha sido aconsejado por el club para que atenúe la posible futura sanción. Espero y deseo que esta acción no cunda entre nuestros deportistas, pues, además de ser inhumano, va en contra del espíritu deportivo que debe imperar en cualquier competición.
Manuel Batista, ex jugador del FC Barcelona.

Carta de los lectores aparecida en la edición de 'La Vanguardia' del miércoles, 22 de septiembre de 2010.

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