miércoles, 27 de julio de 2011

Amy Winehouse, eterna a los 27 años (y II)


Con las palabras "Buenas noches, ángel mío, que duermas bien" despidió ayer Mitch Winehouse a su hija Amy en un funeral en el cementerio de Edgwarebury (norte de Londres) al que asistieron la familia y sus amigos más cercanos. "Buenas noches, ángel mío, que duermas bien. Tu papá y tu mamá te quieren muchísimo", fue el último mensaje del afligido padre en la ceremonia privada para despedir a su hija, hallada muerta el pasado sábado en su piso de Londres tras una larga trayectoria de adicción a las drogas (a pesar de ello las causas de su muerte todavía no son conocidas). En el servicio, oficiado por el rabino Frank Hellner, hubo plegarias en inglés y hebreo, dado que la familia es judía, y sonó la melodía So far away de Carole King, una de las favoritas de la artista, según informó la agencia británica PA. "Mitch contó cosas muy graciosas, de su infancia, de lo tozuda que era", declaró a la PA un asistente al funeral. Según la PA, tras el funeral los restos de la joven iban a ser trasladados al crematorio del barrio judío de Golders Green, donde su abuela fue incinerada, para previsiblemente incinerar también el cuerpo de la cantante. Una vez acaben los actos fúnebres, que también incluirán un servicio para la familia en una sinagoga, la familia realizará dos días de Shiva, el tradicional periodo de duelo judío, indicó la PA. Un par de temas para el recuerdo.




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