El mundo de la música vuelve a estar de luto. La cantante británica Amy Winehouse fue hallada muerta ayer en su casa de Londres. No por previsible la noticia deja de ser trágica. Al final la joven de tan sólo 27 años cruzó la línea sin retorno. Su espléndida voz y su extraordinario talento musical se juntaron con una vida desmedida y turbulenta. Deja atrás dos LPs, grandes canciones y un talento desaprovechado. La Policía Metropolitana de Londres informó de que la autopsia a la cantante no se hará hasta este lunes, por lo que habrá que esperar unos días para conocer las causas de su fallecimiento, a los apenas 27 años. Un portavoz policial ha insistido en que el fallecimiento de Amy Winehouse "no tiene explicación" y dijo que es prematuro hacer conjeturas sobre los motivos de su muerte hasta que se lleve a cabo el examen anatómico del cadáver. El fallecimiento de la cantante causó conmoción en el mundo de la música, aunque no demasiada sorpresa para quienes la conocían dado sus problemas con la bebida y las drogas, que le obligaron a ingresar varias veces en centros de rehabilitación, si bien no parecía superar su adicción. Universal, la empresa discográfica de Amy Winehouse, la calificó como una "cantante, una artista y una intérprete talentosa" y expresó su solidaridad con la familia y los amigos. Se va una cantante, llega un mito.
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