Supongo que lo que le sucedió a mi hermana el año pasado le ha pasado a más de uno. Voy a resumir los acontecimientos. Mi hermana tuvo un accidente en la vía pública de una calle de Barcelona por el mal estado de la acera. Mientras caminaba tropezó con unas baldosas mal puestas y se calló. En el accidente se rompió un hueso del pie y debido a ello llamó a su marido que trabaja cerca del lugar de los hechos (la realidad es que se dirigía allí para verle). Como comprobamos más tarde eso fue un grave error. El marido la recogió y la llevó al servicio de urgencias de un hospital. La atendieron bien y le dieron la baja. Sin embargo tuvo que hacerse cargo de todos los gastos (una férula especial para el pie de 400 euros). Evidentemente reclamó al ayuntamiento de Barcelona por los daños y perjuicios. Se hicieron todos los trámites (fotografías del lugar, informes médicos, etc.) pero todo fue en vano. La vía administrativa se agotó sin conseguir nada. La palabra de mi hermana no vale nada sin ningún testigo de autoridad. La culpa fue de mi hermana por tropezar, así de simple. A la semana siguiente del accidente arreglaron la acera en mal estado (con lo que indirectamente nos daban la razón). En conclusión, si alguna vez tienes un accidente, llama a las fuerzas de seguridad (sea policía nacional, municipales, mossos...) y a los servicios sanitarios de la ciudad. Será la única prueba que sirva ante la administración y un posible juicio poterior. Podríamos haber seguido por vía judicial pero visto lo visto mejor no perder el tiempo ni más dinero. Así funciona este asqueroso país. Ahora transcribo una carta al director enviada a distintos diarios por mi abuelo.
Dono un suspens absolut a l’ajuntament del districte de Les Corts de Barcelona. Fa uns mesos, caminant pel carrer Anglesola, la meva néta va ensopegar amb unes rajoles trencades i en mal estat situades al mig de la via pública. Va caure a terra i es va trencar un peu. Ajudada per altres vianants i pel seu marit, va ser atesa a les urgències d’un hospital, on li van haver d’enguixar el peu. Alli mateix li van aconsellar que posés una denúncia pel mal estat de la via pública. La meva néta ha presentat la denúncia, ha aportat fotografies de la vorera i factures mèdiques per les lessions. L’ajuntament de Les Corts ha negat la reclamació perquè al no haver intervingut la Guàrdia Urbana no es pot demostrar la causalitat entre el mal estat de la via pública i l’accident de la denunciant. Aixó sí, per si de cas, als dos dies, la vorera del carrer Anglesola estava reparada. Atenció doncs, potencials víctimes de mobiliari urbà defectuós: en cas d’accident, aviseu sempre el SEM i a la policia si no voleu que després l’ajuntament negui la vostra paraula.
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