Hace unos meses comenté que este era el año de Yuri Gagarin. Hoy es el día del cosmonauta soviético. Rusia (y en menor medida, el mundo) celebra los 50 años del vuelo de Gagarin, con el que comenzó la conquista efectiva del espacio. "En 108 minutos Gagarin logró una gran hazaña, pero sobre todo rompió muchas fronteras", señaló Jean Jacques Dordain, director general de la Agencia Espacial Europea, en un encuentro de astronautas de todo el mundo en el Museo del Cosmos de Moscú. El 12 de abril de 1961 por la mañana Yuri Gagarin se metió en una cápsula espacial Vostok dispuesto a que le lanzaran hacia las estrellas desde el cosmódromo de Baikonur (actual Kazajistán). Antes de partir lanzó un grito de guerra: "Поехали!" (¡Vamonos!), una coletilla que desde entonces repiten todos los astronautas antes de emprender viaje. Gagarin partió a las 09:07. Tras dar una vuelta a la Tierra, aterrizó a las 10:55 en la actual provincia rusa de Sarátov. Se había convertido en un héroe. "Estamos orgullosos de que Gagarin se nuestro paisano", aseguró Anatoli Perminov, jefe de la Agencia Rusa del Espacio. "El espacio ha sido un cmapo para la colaboración entre países", y citó entre otros ejemplos la Estación Espacial Internacional. "El día 14 toda Moscú salió a la calle para recibir a Gagarin. Se formó una multitud increíble que iba a la manifestación de la Plaza Roja", recordaba Natalia Korolyova, hija de Serguéi Korolyov, el padre de la astronáutica soviética y el hombre que eligió a Gagarin de una lista de 20. Gagarin fue, sobre todo, un testigo del espacio ("Una hermosa aureola", dijo al describir la Tierra) con quien dio comienzo la aventura.
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