Un día muy especial. Hoy fuimos a ver la ciudad eterna, imperial y capital del gran Imperio Romano de la antigüedad. Desde el puerto de Civitavecchia, situado a unos 80 kilómetros de la capital romana, cogimos un autocar que nos conduzco hasta Roma. No comprendo como el puerto más cercano a Roma está tan lejos. Una vez en la capital italiana, con la colaboración inestimable de una excelente guía local, recorrimos sus lugares más emblemáticos. Toda la ciudad bullía de actividad, con miles de turistas aprovechando las vacaciones de Semana Santa. Una vez más la falta de tiempo nos impidió contemplar todos los monumentos de la ciudad eterna. Por la tarde nos acercamos a la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano. Muchos minutos de vídeo, numerosas fotografías, lecciones de historia (pocos datos pero concentrados) y algunos kilómetros caminados para contemplar el gran espectáculo de los lugares más característicos de la gran Roma. Si estás por la zona esta visita es obligatoria (no importa las veces que hayas estado, siempre hay rincones nuevos por descubrir).
De regreso al barco la rutina habitual; descanso, una ducha, una cena ligera y exquisita y el espectáculo nocturno. A reponer energías para la salida de mañana.
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