El pasado martes 20 de abril hubo una explosión en una plataforma petrolífera situada en el Golfo de México. En dicha explosión murieron una decena de operarios. Se estima que cada día se derrama 800000 litros de petróleo (nueve litros de petróleo por segundo) y el desastre ecológico en la zona no tiene precedentes. Sectores como el turismo en Luisiana o los pescadores de la zona se han visto seriamente afectados por esta catástrofe de la compañía British Petroleum (BP). Y esos colectivos no se han quedado con los brazos cruzados. Para empezar los pescadores de Luisiana, de donde procede una de las principales fuentes de marisco del país, presentaron una demanda colectiva contra la petrolera BP y Transocean por el daño causado por el vertido de crudo. A pesar de los encomiables esfuerzos que están realizando las autoridades norteamericanas, la gigantesca marea negra alimentada por el petróleo que sigue brotando de la plataforma hundida del golfo de México. Este desastre puede causar una catástrofe medioambiental en el delta del Misisipi. Aunque con los números en la mano el accidente sólo supone un 10% de los hidrocarburos vertidos cada día a los mares. En lugar de aminorar, la fuga aumenta y salen 5000 barriles al día en lugar de 1000 según las últimas estimaciones. El presidente de los EE.UU. pone todo su empeño en intentar solucionar este revés ecológico que se le puede volver en su contra. De momento ha decidido movilizar al Pentágono para frenar la mancha de crudo. De momento el Pentágono ha enviado dos aviones para echar material químico en la mancha. Además, Obama obligará a la empresa responsable del vertido, BP, a asumir todos los gastos derivados del accidente. A día de hoy la mancha ya daña la costa de EE.UU. El vertido sigue fuera de control mientras Obama recibe las primeras críticas. El presidente frena más perforaciones hasta que se aclare la del golfo de México. En la plataforma marítima dañada fallaron los dos sistemas para evitar vertidos. Se ha dado una advertencia sanitaria ante la penetración del olor a petróleo en Nueva Orleans. Difícil papeleta tiene Obama y su administración respecto a esta tragedia medioambiental. Seguiremos el caso de cerca y comentaré las última noticias a medida que lleguen.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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