Hay quien nace con estrella y los hay que nacen estrellados. Jordi Hereu, el todavía alcalde de la ciudad Condal, es de los segundos. Su equipo socialista junto con los verdes (¿ecologistas o es que están inmaduros todavía?) han hecho uno de los mayores ridículos que se recuerdan, intentar reformar la avenida Diagonal de Barcelona. Por primera vez en la historia todos los ciudadanos censados en Barcelona mayores de 16 años podían escoger por referéndum que modelo les agradaba más a la hora de reformar la gran avenida. Opción A, Bulevar, opción B, rambla y opción C, ninguna de las dos. Referéndum tendencioso, manipulado informativamente (la opción C apenas estaba referenciada), gran gasto publicitario en tiempos de crisis (se estima que todo el proceso ha costado unos tres millones de euros) y al final, la opción ganadora fue la C, o sea, no hacer nada. La opción C arrasó en la consulta ciudadana con 137454 votos (79,84%). Esa es la opción que yo voté. Casi una semana de tiempo para votar y sólo participó el 12,17% de los ciudadanos llamados a las urnas (otro fracaso más). El referéndum comenzó el lunes pasado y terminó a las diez de la mañana del domingo. ¿Cómo es posible que no se pudiera votar todo el domingo cuando es el día 'natural' para votar? Los errores en todo el proceso de votación fueron continuos. El lunes a primera hora el alcalde intentó votar, no lo consiguió y mintió intencionadamente cuando se le preguntó si había votado (solo con eso ese individuo debería haber dimitido, pero claro, cuando uno no tiene ninguna dignidad política es normal ese comportamiento). Reconoció que finalmente votó por la tarde. El líder del PP catalán también tuvo problemas al votar, ya que alguien se había pasado por él (su voto ya había sido emitido). El líder de la oposición, Xavier Trias, intentó votar hasta siete veces sin éxito en la consulta de la Diagonal. Un error inédito obliga al regidor de CiU a desplazarse a otro centro para poder emitir su voto. Incluso un internauta demuestra que pudo votar haciéndose pasar por la Infanta Cristina. No llegó a votar, pero tuvo suficiente con encontrar los datos necesarios, DNI y fecha de nacimiento, para acceder al punto en que el sistema le daba la posibilidad de escoger entre las tres opciones. En fin, un cúmulo de despropósitos. La consulta sobre la reforma de la Diagonal ha acabado convirtiéndose en un incendio político de efectos devastadores que seguirá quemando durante meses en el Ayuntamiento de Barcelona. A punto ha estado de llevarse por delante a un Jordi Hereu que sale de esta sacrificando a su número dos, Carles Martí, primer teniente de alcalde y primer secretario del PSC de Barcelona (típico chivo expiatorio). El número dos del Ayuntamiento asume casi en solitario la responsabilidad de un fracaso colectivo (deberían dimitir todos, pero eso es una utopía). Es difícil hacer las cosas peores pero si alguien puede conseguirlo, ese es nuestro alcalde. Y todavía queda un año para las elecciones municipales. Que Dios nos coja confesados. Eso si, es muy sagaz y agudo como él solo. Por lo menos ha reconocido el fracaso de la consulta y ha admitido que se ha alejado de los ciudadanos (algo es algo). Como es lógico la oposición pide la cabeza de Jordi Hereu (metafóricamente hablando claro). Y como es lógico, no la obtendrán. A ver como acaba todo esto. Supongo que habrá que esperar un año más.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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