Ayer se vivió una jornada histórica en Oriente Próximo (en español normativo no se debería utilizar el término 'Oriente Medio'). La 'revolución de los 18 días' acabó con 30 años de dictadura de Mubarak. El ejército deja caer a Hosni Mubarak y un consejo supremo militar asume todos los poderes constitucionales. El mariscal Tantaui, jefe del consejo militar, saluda ala multitud ante el palacio (a pesar de que los militares han dado garantías de que la transición será un hecho en meses no me fío de su palabra). Por precaución se mantiene el estado de emergencia en tanto dure "la actual situación de crisis". El dictador se va con toda su familia a su residencia de Sharm el Sheij (Mar Rojo). El Gobierno suizo congela "de inmediato" las cuentas bancarias del ex presidente. Así pues sucedió lo impensable. Hacía menos de 24 horas que Mubarak se había dirigido al pueblo anunciando unas medidas totalmente insuficientes (transferencia de poderes hacia el vicepresidente) y asegurando que seguiría ostentando en el poder hasta las elecciones de septiembre. Sin embargo los acontecimientos se precipitaron ayer. Anoche El Cairo fue una fiesta inesperada y popular. Cuando el vicepresidente de la República, el general Suleiman, anunció que el rais había dimitido y había transferido su poder al consejo supremo militar, una muchedumbre alegre, sobre todo masculina y juvenil, inundó de entusiasmo la plaza Tahrir, el paseo fluvial del Nilo en los alrededores del edificio de la televisión y la avenida del palacio presidencial del barrio de Heliópolis, donde al fina habían podido manifestase los que pedían desde hace dieciocho días de jornadas turbulentas la inmediata dimisión del rais.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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