lunes, 21 de febrero de 2011

Generación 2.0 vs generación 1.0 (I)


Existen dos sociedades diferenciadas tecnológicamente. Son dos sociedades diametralmente opuestas. Y una reciente ley los separa más a la vez que los enfrenta. Los nativos digitales que postuló el escritor Marc Prensky habitan un universo distinto de los analógicos y, como ha revelado la vicisitud de la aprobación de la ley Sinde, el cisma entre ambos, lejos de cerrarse, cada día se ensancha más. La brecha digital no es, como apuntaban los estructuralistas, otra división de clases, sino más bien uno de los mayores conflictos generacionales de la historia de la humanidad. Nuestra sociedad se puede dividir, básicamente, entre los contenedores de conocimiento y los buscadores del conocimiento. En ese sentido, la lucha generacional ha sustituido a la antigua lucha de clases, y que la tecnología digital, las redes y la llamada sociedad de la información han acelerado el proceso. La ley Sinde ha puesto de manifiesto que este cisma social está alumbrando dos sociedades que caminan con rumbos divergentes. El apoyo parlamentario de la ley Sinde fue mayoritario, llegando a una representación de más del 85% del electorado y sin embargo la duda está ahí. Ni siquiera un 50% de la sociedad apoya esa ley. Más división. Más diferencias.
Generación analógica: generación de trabajadores estables y justamente remunerados, con horizontes de jubilación razonables e ingresos asegurados. Son los guardianes de un orden en el que se basa su prosperidad, vigilantes de la propiedad intelectual.
Generación digital: generación de trabajadores inestables (o desempleados), escasamente remunerados, con un turbio horizonte de jubilación, sin ingresos asegurados.Son los asaltantes de la propiedad intelectual ajena e intentan entrar donde sus mayores no quieren salir.

Lo que la teoría económica puede aportar al asunto de los derechos de autor, según el relato de los defensores del internet neutral, es muy parecido a lo ocurrido con las reformas agrarias y las revoluciones campesinas (obviamente salvando las distancias); o pone usted los bienes a disposición de la comunidad por un coste razonable o será expropiado por la fuerza. De momento, los titulares de los derechos han venido eligiendo ser expropiados (top manta, P2P) y han intentado afianzar su posición pidiendo más policía internáutica (cierre de webs que fomentan la piratería).

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