martes, 30 de noviembre de 2010

Un nuevo partido del siglo


Debido a que el anterior presidente de la Generalitat tuvo la peregrina idea de convocar las elecciones al Parlament de Catalunya el mismo fin de semana que el Barça-Madrid, el gran clásico se tuvo que disputar el lunes (menos mal que no se le ocurrió poner las elecciones el mismo fin de semana que la visita del Papa). Así pues, el gran clásico del fútbol español se jugó ayer. Unos 400 millones de personas de los cinco continentes pudieron seguir el gran partido a través de la señal de televisión. Ganó el Barça, goleó el Barça, machacó el Barça al eterno rival por cinco goles a cero, manita del Barça. La victoria del Barça, además, se pudo ver en todo el mundo, con lo que ello conlleva. Nunca el Barça podrá pagar un spot de publicidad mejor ni más valioso que el que ayer escenificó en el Camp Nou. Se trataba del partido global y el Barça se lo llevó crudo de una manera tan autoritaria que deja al aspirante a ser la referencia a años luz del que ayer volvió a demostrar ser el mejor conjunto del mundo. Y cumpleaños azulgrana. El Barça cumplía ayer 111 años y se dio un fiestón para celebrarlo a costa de su eterno rival. Fue un aniversario que invita a mirar el futuro con más ilusión que nunca. Los mejores 111 años están por llegar. Y entre tanta estrella brilló una en particular. Un Xavi majestuoso que debería de haber recibido el Balón de Oro nada más acabar el partido. Marcó el primer gol a los nueve minutos y fue el amo y señor de un encuentro que se jugó al ritmo que marcó el de Terrassa. Otro dato interesante, la manita que le endosó el Barça al Madrid tiene su continuación en el quinto triunfo consecutivo de Guardiola ante el equipo blanco. Los que creían que Mourinho era la bestia negra del Barcelona deberán de empezar a reflexionar ante la figura del entrenador de Santpedor. Con él en el banquillo culé parece que no hay límites para el éxtasis. Gran partido ayer en el camp Nou. Se pudo experimentar el arte del balón en su máxima expresión. Una sinfonía de juego para estar orgullosos. En resumen, uno, dos, tres, cuatro, cinco. No hace falta decir nada más.

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