jueves, 4 de noviembre de 2010

Visita del Papa a Barcelona


Uno de los acontecimientos más importantes que va a experimentar la Ciudad Condal no podía pasar desapercibido en este blog. Este fin de semana el jefe del Estado de Ciudad del Vaticano, el Papa de Roma, visita Barcelona para consagrar el Templo de la Sagrada Familia. El motivo de la visita lo veo bastante (teniendo en cuenta un punto de vista práctico) coherente ya que no sé cuanto tiempo va a durar el templo en pie. Los ingenieros y geólogos que analizaron la viabilidad del túnel de la línea del AVE que se está construyendo actualmente debajo de la Sagrada Familia han dictaminado su total seguridad. Estos supuestos expertos ven imposible que se derrumbe el túnel y se desplome la Sagrada Familia. Viendo la catadura moral de nuestros políticos y sabiendo que esos expertos han sido contratados por nuestros más sabios dirigentes yo no estoy nada seguro de eso. Tarde o temprano ese túnel cederá por lo que el Papa ya hace bien en consagrar el templo antes de que sea demasiado tarde. Por otro lado a estas alturas de película creo que he dejado bastante claro mi posición respecto al pensamiento religioso en general y al catolicismo en particular. Todo ser humano es libre de tener sus propias creencias, su propia fe y dar culto al Dios que más le plazca. Pero so se ha de hacer en la más estricta intimidad. No olvidemos que el España es un estado aconfesional (tal como recuerda la Carta Magna). Considero un total despropósito que en la actual conyuntura económica y política que sufre nuestro país, un viejo se pasee por ciertas calles de la ciudad ante una horda de fieles sin criterio. Un anciano (sin ánimos de menospreciar) que en su juventud se relacionó con sectores del nacionalsocialismo alemán y que no ha condenado explícitamente los abundantes y documentados casos de pederastia que su séquito episcopal ha protagonizado en el último siglo. Un anciano que gobierna una entidad que promueve la muerte de seres humanos por la infección del virus VIH al prohibir el uso de profilácticos. Un anciano que rige una sociedad ocultista, demagógica y farisea con un patrimonio de bienes y riquezas casi incalculable. A todo esto le añadimos el coste en seguridad que ha acarreado el aseo del susodicho viejo, las incomodidades que va a sufrir la ciudadanía que vive en los alrededores de la zona de la Sagrada Familia, todas las restricciones de tráfico de los barrios adyacentes, etc. La doctrina católica está muy desprestigiada y sus fieles se preguntan por qué. Ya saben la respuesta, pero si hay alguna duda que examinen sus conciencias (si tienen) o vean el próximo domingo el despliegue de pompa que todo el séquito papal a a exhibir en Barcelona. La Sagrada Familia, como patrimonio de la humanidad puede que lo merezca; el resto, ciudadanos creyentes y no creyentes, no.

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