Las encuestas lo preveían, las elecciones lo han confirmado. Mayor abstención que en el 2008. Mayor número de votos en blanco y votos nulos. Mayoría absoluta del Partido Popular, con 186 diputados (44,62% de los votos). Fracaso estrepitoso (y esperado) del Partido Socialista Obrero Español, con sólo 110 diputados (28,73%). Hay que señalar que falta el voto por correo para escrutar y que un diputado de Esquerra Republicana de Catalunya podría pasar al PSC-PSOE en la circunscripción de Girona. Por lo demás, gran avance del CiU, con 16 diputados (consiguió más de un millón de votos), importante avance de IU-LV, con 11 diputados (a pesar de que el actual sistema electoral le penaliza en exceso) y extraordinaria entrada de AMAIUR (coalición política vasca conformada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba, Aralar e independientes de la izquierda abertzale), con siete diputados. El resto, más o menos similar a lo conseguido en las elecciones del 2008. El senado, más d elo mismo, el PP arrasó y el PSOE sufre un gran retroceso (¿alguien sabe para qué sireve el senado en realidad?). Estas elecciones, como todas las anteriores, no me convencen. El sistema electoral es anacrónico, las lista electorales son cerradas y estancas, la elección no es proporcional (¿por qué Catalunya tiene una representación del 13% de los diputados en el congreso si su población representa el 16% de la española?), la ley para repartir los escaños es injusta. Así que la vida sigue igual; paro desorbitado, crisis económica y social sin parangón, políticos charlatanes y títeres, gobierno efectivo desde Berlín, vía Bruselas, poder real en los grandes bancos...
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