Ya estamos otra vez. Un nuevo escándalo de corrupción sacude Catalunya (el enésimo). Y esta vez ha tocado de lleno a una de las instituciones más emblemáticas del país, el Palau de la Música. Su ex presidente Félix Millet ha confesado la apropiación de cerca de 3,3 millones de euros mientras era presidente de dicha entidad. La sociedad civil catalana se ha quedado perpleja, sorprendida e indignada. Millet confesó mediante un escrito al juez que había abierto una investigación al detectarse irregularidades en la gestión del Palau. Reconoció que pasó gastos privados a la entidad por 1,8 millones y le vendió un inmueble de su propiedad. Ha reconocido que la mayoría de los pagos hasta este año no se declaraban al fisco (de vueltas con el dinero negro). Millet depositó en l juzgado 1,8 millones y una lista de sus propiedades valoradas en 12,5 millones para reparar el daño en espera de que no se adopten medidas cautelares. Fuentes judiciales reciben muy bien la oferta de colaborar del imputado. En la confesión de Millet se destaca un arrepentimiento con la intención de ayudar a la reparación de los daños, la Fundación abonó obras en inmuebles de mi propiedad por 1,3 millones y el Palau se hizo cargo de gastos en viajes particulares por 500000 euros, entre otras irregularidades. El juez ha descartado citar a Millet hasta que acabe la instrucción del Palau. Lo que no me explico es cómo unos gastos en viajes de esa envergadura no llamaran la atención a los auditores y a los miembros del consejo de administración. Tampoco llego a entender cómo esta institución que recibe subvenciones públicas (¡¡que pagamos todos!!) tenga dinero negro. La pregunta clave es cómo pudo pasarse por alto tal cúmulo de irregularidades durante tanto tiempo sin que una simple auditoría detectase el delito. Sospecho que hay más personas implicadas en todo el asunto. Seguiremos el caso con suma atención.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
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