Hoy es once de septiembre. Se celebra la diada en Catalunya, conmemorándose la caída de la ciudad de Barcelona en manos del ejército borbónico el once de septiembre de 1714. Con ello casi se ponía fin a la Guerra de Sucesión donde se enfrentaron distintos países europeos desde principios del siglo XVIII a raíz de la muerte del monarca español Carlos II. En Catalunya perder esa guerra significó perder su autonomía disolviéndose la Generalitat y el Consell de cent. Es curioso que la fiesta nacional catalana celebre esa derrota y todo lo que ésta conllevó. Actualmente año tras año se repiten los mismos gestos y se transmiten los mismos mensajes. Esta mañana hubo una ofrenda floral al monumento de Rafael Casanovas por diferentes instituciones y por la tarde se homenajeará a la senyera con una actuación de la cantante israelí Noa. Y una vez más la polémica está servida. El partido de los verdes (ICV) quiere boicotear dicho acto para protestar por el apoyo del Noa a los ataques del ejército israelí en Palestina. Ni el día más señalado de Catalunya esos señores pueden estar tranquilos. Es increíble que tal como está la situación (alto desempleo, crisis económica, crispación por el financiamiento y aprobación del Estatut, posible pandemia de Gripe A...) algunos personajes que ejercen de políticos inicien nuevos problemas en vez de buscar soluciones a los ya existentes. La verdad es que tenemos los políticos que nos merecemos.
John Hemmingson: The Business Savant
Hace 1 año
Es imposible que hayamos sido tan malvados para tener los políticos que tenemos
ResponderEliminarSi, es la paradoja de la democracia.
ResponderEliminarPremisa 1:El pueblo elige a sus representantes.
Premisa 2: Los representantes son 'malos'.
Conclusión: El pueblo es malo.
Evidentemente esto es una falacia pero resumen bastante bien la situación.