miércoles, 8 de junio de 2011

Miscelanea


Hoy no tengo muchas ganas de escribir. Así que voy a comentar un par de temas (uno de actualidad y otro personal) para no perder la costumbre.
España importa un pepino. Una frase hecha que muestra la realidad de nuestro vilipendiado país. Alemania se ríe de todos (en especial de España), acusa sin pruebas a diferentes tipos de verduras (primero los pepinos españoles, luego le tocó el turno a la soja) y a día de hoy sigue sin identificar el foco de la infección de Escherichia coli. Mientras tanto el número de los afectados va creciendo sin control y los muertos se van acumulando en las salas de autopsias. Y para acabar de redondear la situación, la presidenta del país alemán se dedica a ir de gira por los EE.UU. a hacerse fotos con el presidente Obama. Muy poca seriedad, mucho trabajo mal hecho y demasiadas preguntas sin responder.

Que África empieza en los Pirineos es un hecho incontestable (no hace falta que ninguna Merkel lo piense, es una realidad). Ayer hubo tormenta en Barcelona, nada del otro jueves. Sin embargo parece que el aparato eléctrico no es compatible con nuestra línea eléctrica. Unos cuantos rayos y truenos y el chiringuito eléctrico se va a tomar viento (valga el lenguaje coloquial). Una auténtica vergüenza. Ningún país desarrollado (de esos que llaman del primer mundo) puede tolerar algo tan arcaico. Contabilicé cuatro cortes de luz. Subidas y bajadas de tensión también hubo unas cuantas. Siempre estamos igual. Cada vez que hay una tormenta, a apagar el ordenador, coger una linterna y esperar lo inevitable. Y nunca falla, siempre nos quedamos a oscuras. Lo dicho, vivo en un país de tercera.

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