Quedan unos cuatro meses para las elecciones locales a los ayuntamientos y las Comunidades Autónomas (no todas). Y el circo de los políticos ya se ha puesto en marcha. El PP, partido de extrema derecha español, empieza a calentar los motores. Su presidente, Mariano Rajoy, clausura un Congreso protagonizado por las muestras de reconocimiento a su liderazgo. Ya veremos si el ínclito José María Aznar, el peor presidente de la historia (con permiso de 'zapatitos') no se mete en medio. El líder popular ha dejado caaer la siguiente sentencia, entre otras perlas: "España tiene sed de urnas". Que bonito. Este señor generaliza y sabe que más de cuarenta millones de personas van a votar próximamente. Que poca sensibilidad, que poca responsabilidad, que poco sentido común. Parece claro que estas elecciones que se avecinan serán el banco de pruebas de las elecciones a la presdencia del Gobierno del año que viene. Que van a arrasar, nadie lo pone en duda. Pero quiero aprovechar para dejar por escrito dos apuntes. España es un país multicultural y heterogéneo. Y España, en su conjunto, no tienen sed de urna. Según este señor, todos somos España (aquí discrepo, un pequeño porcentaje de catalanes no se sienten españoles). Y toda España quiere elecciones, ergo, cambio. Una cosa no comporta la otra (aunque las encuestan indiquen el inminente cambio de tendencia). Casi la mitad de los electores no van a votar nunca (desapego total a la política). Así que esa frase ya carece de fundamento (primera falsedad y eso que todavía no ha prometido nada). No voy perder mi precioso tiempo con estos señores que mienten más que hablan, que son demagogos por definición, que no vivien en este planeta (o por lo menos desconocen la realidad cotidiana del país que quieren representar). Lo único que quiero decirle al señor Rajoy: los españoles (y catalanes) tenemos deseo de que los politicos tengan un minimo de sentido comun, que sean honestos, honrados y coherentes. Una utopia, lo sé.
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