domingo, 12 de febrero de 2012

Vergüenza pública

Que la carrera judicial prescinda, desde ahora, del juez Garzón desacredita al tribunal que ha provocado tal sentencia. Se ha absuelto a tantos, y hace tan pocos días el último, que produce verdadera vergüenza considerar a quienes nos juzgan a todos en definitiva y al más alto nivel. No hablo en nombre de la amistad ni de la admiración, sino del comportamiento, del valor, de la inteligencia y del respeto compartido por sus iguales de aquí y de fuera. Torres, donde nació, es un pueblo de Jaén no grande, tranquilo, sereno y de puntillas. Quizá el juez Garzón se parezca bastante a él. Yo así, de todo corazón, lo deseo. Y más aún de ahora en adelante. Que los colegas no buenos, que lo han traído y llevado hasta la condena, conozcan, dentro de sí al menos, qué es el remordimiento por una decisión que produce la envidia, la humillación de la cobardía, el vaivén de las tramas inferiores y la falta de autoridad moral. Y el duro ejemplo que significa la sorpresa de que el primer condenado por la trama Gürtel (Correa en Alemán), habiendo tantos implicados visibles, conocidos, en prisión y en libertad, sea quien los juzgaba. No lo olvidemos. Es desolador que así suceda.

Columna de opinión de Antonio Gala publicada el día 10 de febrero en el diario 'El Mundo'.

Qué Antonio Gala no es de mi devoción quedó claro en un post del mes de noviembre. No comparto sus ideas, no comparto su animadversión por Catalunya, no me gustan sus escritos pero esta vez respeto y admiro sus breves líneas defendiendo al juez Garzón. Una cosa no quita la otra. Esta vez si coincidimos. La verdad es clara, sin tapujos ni medias tintas. Espero que no se recupere de su enfermedad y pido disculpas por mi tono ácido y excesivamente crítico del post antes aludido.

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