lunes, 2 de agosto de 2010

Deportes antes del parón veraniego


Entrado en el mes de agosto todavía se disputó alguna prueba deportiva. Para empezar este pasado fin de semana se disputó el Gran Premio de Hungría de Automovilismo en el aburrido circuito de Hungaroring. Parece que las cosas se van clarificando poco a poco. Ganó Marc webber (un Red Bull, menuda sorpresa) y Fernando Alonso terminó en una gran meritoria segunda plaza. El piloto australiano ha coronado su carrerón en Budapest con el asalto al liderato del Mundial. Por su parte el bicampeón asturiano aguantó unas treinta vueltas la presión de Sebastian Vettel y su coche un segundo más veloz y se encuentra ya a menos de una victoria del liderato. Ferrari empieza a salir del pozo. Pedro de la Rosa al fin consiguió los puntos que lleva tiempo mereciéndose. El catalán terminó séptimo con su Sauber y sumó los seis primeros del año. Salió bien, pero Kubica le echó fuera en la primera curva y le pasaron los dos Williams. Se libró por poco de la rueda desprendida del coche de Rosberg y después fue más veloz en todo momento que el McLaren de Button. A punto estuvo de no acabar, con problemas hidráulicos en las últimas vueltas. Pero lo hizo y festejó con un beso a su mujer Reyes. Felicidades Pedro. Ayer terminó el XX Campeonato Europeo de Atletismo 2010 que durante toda la semana pasada se ha estado disputando en Barcelona. La máxima cita del atletismo continental posicionó en la cima a Rusia, con un total de diez oros, aunque Francia, con ocho, Gran Bretaña, con seis, y Alemania, con cuatro, también dejaron su impronta. España, con la cosecha de sólo dos preseas doradas y un total de ocho, quedó en cambio por debajo de las expectativas (el presidente de la Federación española de Atletismo había pronosticado quince medallas, eso si es ser adivino). Lo único realmente positivo del atletismo español fueron los 1500 metros. Cuatro medallas (dos de oro), tanto en hombres como en mujeres. El resto muy mal. El problema endémico que lleva arrastrando nuestro atletismo no tiene visos de solucionarse y año tras año se demuestra la total incapacidad de la Federación Española. Sólo el buen hacer general de los atletas consigue saldar las competiciones más importantes sin hacer un ridículo espantoso. Un potencial deportivo tan importante e imponente como el español no merece tener un atletismo tan maltratado y un nivel tan bajo comparado con otras potencias de similares características. A ver si nuestras cabezas pensantes toman cartas en el asunto (lo dudo) para reconducir el rumbo.

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