Barack Hussein Obama hizo historia hace cuatro años al ganar las elecciones presidenciales y convertirse en el primer afroamericano en la Casa Blanca.
Pero la victoria en las presidenciales del 2012 ante el republicano Willard Mitt Romney es más importante. El presidente ya no será un Jimmy Carter, el último demócrata que no revalidó el mandato. Ahora tiene la oportunidad consolidar su legado y ser recordado como algo más que el primer presidente negro.
La de esta madrugada también ha sido la victoria más trabajada del presidente. En el 2008, nadie dudaba de que derrotaría al republicano John McCain en las presidenciales. Lo difícil, para él, fue imponerse a Hillary Clinton en las primarias demócrataa. Ahora el suspense se ha mantenido hasta el último minuto, aunque todos los sondeos apuntaban al resultado que se ha acabado produciendo. Sin el entusiasmo de la obamanía, no era fácil movilizar de nuevo a la coalición multicolor que le catapultó a la Casa Blanca.
Ha ganado quien mejor ha interpretado, y quien mejor refleja, la diversidad demográfica del país. A medidados de siglo, los blancos no hispanos dejarán de ser mayoritarios. La movilización de la minoría hispana, la más pujante, es un anticipo: en EE.UU. la demografía empieza a traducirse en poder político. Sin los latinos cada vez serña más difícil ganar elecciones. Como decía anoche un comentarista de la cadena Fox News, esta será la última elección igualada en EE.UU.: en el futuro, cuanto más latinos voten, los republicanos lo tendrán difícil para ganar elecciones nacionales.
Fuente: La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario