Ayer fue once de septiembre, Diada Nacional de Catalunya. En dicho día se recuerda (que no conmemora) la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión española en el año 1714. Cada año ese mismo día se celebra una manifestación en favor de los derechos del pueblo catalán. Ayer también. Pero la manifestación de ayer fue diferente. Cerca de dos millones de personas (entre las cuales me incluyo) se manifestaron ayer en la zona centro de Barcelona reclamando (y me atrevería a decir exigiendo) la independencia del pueblo catalán. Por diferentes motivos (políticos, fiscales, económicos, identitarios, ideológicos, históricos) más de un millón y medio de personas se manifestaron de forma pacífica gritando diferentes consignas y ondeando la 'senyera' o la 'estelada'. Como es lógico no todos los catalanes están de acuerdo con el legítimo derecho de soberanía catalán pero la demostración de ayer es un claro mensaje para los políticos (de aquí y de allí) y la sociedad civil catalana. Los catalanes (veremos si mayoritariamente o no) están hartos de ser españoles, los catalanes no quieren vivir como españoles, los catalanes reclaman su independencia. Queda un largo camino, un camino lleno de trabas, problemas, dificultades y un sin fin de sinsabores pero el trayecto iniciado ayer es de un único sentido. Visca Catalunya, visca Catalunya Lliure, Catalunya, nuevo Estado europeo.
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