Ayer se disputó el clásico de liga en el Camp Nou. El Barça tenía la obligación de ganar para seguir luchando por el campeonato liguero ya que la diferencia entre ambos equipos era de cuatro puntos. El Real Madrid venció a los azulgrana por un gol a dos tras un buen partido de todos sus jugadores. El Barça no salió entonado, no controló el 'match', no atinó en las jugadas de gol y falló en el pase del balón. Tampoco el entrenador Pep Guardiola estuvo fino en el banquillo. Sacó de inicio a varios jóvenes canteranos demasiado verdes para estos envites. Cuando quiso reaccionar ya era tarde. Messi no marcó (suma ya cuatro partidos consecutivos sin perforar la portería merengue) y Cristiano marcó su gol (lleva 42 goles por 41 del astro argentino). Las ilusiones de los seguidores del FC Barcelona, que llenaron por completo el feudo barcelonista, no se vieron recompensadas por el juego de su equipo. Por primera vez Mourinho ganó en el Nou Camp como visitante. Por primera vez Mourinho ganó un partido de liga al Barça. Ahora la liga es del Madrid (todavía no de forma matemática); con sumar seis puntos de los 12 en juego (ganando sus dos partidos de casa) cantará el alirón aunque el Barça ganen todos los puntos restantes. Una nueva liga para el Madrid, que ha sido el equipo más regular del campeonato (pero no mejor que el Barça). La semana que viene ambos equipos disputarán en casa el partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. Ambas escuadras tienen que remontar el resultado adverso del partido de ida. Si lo logran se mediarán en la gran final de Munich. El espectáculo continúa.
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