De este modo se le desvanecieron a Pirro las esperanzas que acerca de la Italia y la Sicilia había concebido, perdiendo seis años en estas expediciones, en las que, si en los intereses salió menoscabado, el valor lo conservó invencible en medio de las derrotas. Así tuvo la reputación de ser el primero entre los reyes de su tiempo, en la pericia militar, en la pujanza de brazo, en la osadía; sino que lo que adquiría con sus hazañas lo perdía por nuevas esperanzas, y no sabía salvar lo presente, según convenía, por la codicia de lo ausente y lo venidero. Por tanto, Antígono solía compararle aun jugador que juega y gana mucho, pero que no sabe sacar partido de sus ganancias. Volviendo, pues, al Epiro con ocho mil infantes y quinientos caballos, y hallándose falto de medios, solicitaba una guerra en que ocupase su ejército, y como se le uniesen algunos Galos, hizo incursión en la Macedonia, en donde reinaba Antígono, hijo de Demetrio, precisamente con el objeto de saquear y hacer botín. Avínole el tomar varias ciudades y que se le pasasen dos mil soldados, con lo que ya extendió sus esperanzas y se encaminó contra Antígono. Sobrecogióle en unos desfiladeros, y puso en desorden todo su ejército. Los Galos, que se hallaban a la retaguardia de Antígono, muchos en número, se sostuvieron vigorosamente; trabada con este motivo una reñida batalla, perecieron en ella la mayor parte de éstos, y cogidos los que conducían los elefantes, se rindieron y entregaron todas aquellas bestias. Fortalecido Pirro con estos sucesos, contando más con su fortuna que con lo que le podía dictar la razón, acometió a la falange de los Macedonios, turbada y acobardada con el vencimiento: así es que no pelearon contra él ni le hicieron resistencia: extendió, pues, su derecha, y llamando por sus nombres a todos los generales y jefes, logró que la infantería abandonase a Antígono. Retiróse éste por la parte del mar, y al paso recobró algunas de las ciudades litorales: y Pirro, teniendo por el mayor para su gloria entre estos prósperos acontecimientos el de haber vencido a los Galos, consagró lo más brillante y precioso de los despojos en el templo de Atena Itónide con la siguiente inscripción en versos elegíacos:
“A Itónide Atenea en don consagra/estos escudos el Moloso Pirro, / a los feroces Galos arrancados / cuando triunfó de Antígono y su hueste, / ¿Qué hay que maravillar, si ahora y antes / los Eácidas fueron invencibles?”.
(Plutarco, Vidas Paralelas, Pirro, XXVI).
A.- LEA DETENIDAMENTE EL TEXTO, SUBRAYE LAS PALABRAS O FRASES QUE CONSIDERE MÁS SIGNIFICATIVAS Y EXPLIQUE PORQUÉ.
El texto está extraído de la obra
“Vidas Paralelas” escrita por Plutarco, escritor romano del siglo I d.C. En
esta obra Plutarco desgranaba de forma biográfica la vida de importantes personajes
romanos y griegos en oposición. A pesar del título del texto que hace
referencia a la campaña de Pirro en
Italia, el tema central del mismo describe la incursión de Pirro en Macedonia
bajo el reinado de Antígono II Gónatas. El texto se inicia con la campaña de
Pirro en Italia y Sicilia que tuvo una duración de seis años. Pirro acudió en
auxilio de la ciudad de Tarento ante el expansionismo romano en la Italia
meridional sin conseguir sus propósitos. A continuación vemos una descripción
de su persona en el ámbito militar haciendo hincapié en que Pirro no sabía
conservar lo que ganaba en el campo de batalla. Antígono II afirma que las
victorias de Pirro no se traducían en ganancias materiales perdurables. A pesar
de varias victorias ‘pírricas’ (victorias con cuantiosas bajas militares) en
suelo italiano Pirro no consigue sus objetivos y abandona Tarento. Regresa al
Epiro con un pequeño ejército (ya que había dejado tropas en Tarento) y decide
saquear Macedonia para apoderarse de sus riquezas. Toma varias ciudades y así
incrementa el grueso de su ejército para hacer frente al rey de Macedonia,
Antígono II Gónatas, hijo de Demetrio Poliorcetes. También algunos mercenarios
galos se unen a su ejército. Antígono presenta batalla y es sorprendido en un
desfiladero siendo derrotado por el ejército de Pirro a pesar de contar en la retaguardia
de sus filas con un contingente de mercenarios galos. Era común en la época
contratar a guerreros galos como mercenarios. Fue una batalla muy igualada
donde murieron la mayor parte de los galos. Los supervivientes fueron hechos
prisioneros y los elefantes fueron confiscados. Los elefantes eran una poderosa
arma de combate de la época. Se sabe que los paquidermos que utilizó Antígono
procedían de Asia. Una vez vencidos los galos y capturados los elefantes, Pirro
arremete contra las falanges de los macedonios sin que ésta ofrezca ninguna
resistencia. Abandonado por los suyos Antígono se retira hacia el mar
recuperando algunas ciudades costeras a su paso. De esta forma Pirro consigue
una aplastante victoria por lo que consagra la mejor parte del botín al templo
de Atenea Itonia inscribiendo en él unos versos elegíacos. Itónide es una variante de Atenea, venerada en Beocia que
tenía su templo en Coronea. Se llama así por Itono, hijo de Anfíctrión. Los
versos alaban la gesta de Pirro contra Antígono y sus mercenarios gálatas.
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